«Expectativas razonables» hacia Cuba

España desistió finalmente de intentar cambiar la Posición Común de la Unión Europea hacia Cuba; una decisión diplomática aprobada en 1996 a instancias del Gobierno de Aznar, que condiciona las relaciones con la isla caribeña a un avance en las reformas democráticas y al respeto a los derechos humanos. Sin embargo, José Luis Rodríguez Zapatero afirmó ayer que «en las próximas semanas» se verá que sus esfuerzos por lograr un cambio de actitud en el régimen castrista -«especialmente en lo que afecta a los presos políticos», dijo- ha dado «frutos». El jefe del Ejecutivo afirmó que nunca fue uno de los objetivos de su 'semestre' hacer cambiar a 'los 27' de postura. Es cierto que él no lo dijo, pero el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sí. El presidente alegó que, en realidad, su pretensión era hacer que Cuba cambiara su política en materia de derechos humanos para que, a su vez, la Unión Europea pudiera abrir «nuevas perspectivas de diálogo» hacia La Habana. La Iglesia ya mantiene conversaciones con Cuba, pero Zapatero trató de evitar que El Vaticano se lleve todo el mérito de una hipotética rectificación por parte del Gobierno de Castro. «Hemos trabajado en esa línea muy a fondo y vamos a ver los resultados -insistió-; tenemos expectativas razonables de que puedan ser positivos».