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Fiabilidad alemana y 'delicia turca'

Un golazo de Özil da el primer puesto a los germanos, que se las verán con Inglaterra, y Ghana pasa y se enfrentará a EE UU La selección de Joachim Löw volvió a desplegar un juego poco brillante y falto de ocasiones

IGNACIO TYLKO
JOHANNESBURGO.Actualizado:

Abrazada al talento y al disparo letal del 'turco' Özil, un medio punta zurdo que con 1,82 de estatura parece pequeño entre tanto teutón, la 'Maanschaft' resolvió su primera final del Mundial y cumplió algo más que una tradición. Supera la primera criba por decimoquinto Mundial consecutivo, y mucha atención porque en siete ediciones se presentó en la final. Puede no brillar su acabado, siempre sobrio, pero su motor no falla. Lo pondrá a prueba la Inglaterra de Fabio Capello en octavos de final. Un duelo histórico programado para el domingo en Bloemfontein y que presume de ser uno de esos partidos que ningún aficionado al deporte rey se quiere perder.

Con un fútbol práctico y con destellos de clase, la que muestra la sociedad Özil-Müller, Alemania fue mejor que Ghana, con más físico que fútbol pero, de lejos, la mejor representante de su continente en este Mundial. Salvó el orgullo de rebote, porque Australia protagonizó la gran sorpresa ante Serbia. Y puede crecer en el cuadro, ya que se quitará presión y el rival, EE UU, tampoco hace temblar a los africanos.

Joachim Löw tiró de psicología. Apostó para el lateral zurdo a Boateng, habitual suplente de Badstuber, por una cuestión quizá más mental que táctica. De padre ghanés y recién traspasado del Hamburgo al Manchester City, se enfrentaba a su hermanastro Kevin Prince, medio ofensivo del Porsmouth con el que al parecer no se habla desde que éste lesionó a Ballack en la final de la copa inglesa. El mayor de los Boateng llegó a ser internacional alemán en categorías inferiores antes de hacerse africano. Y en el Soccer City de Johannesburgo se llevó los abucheos de la afición teutona cada vez que tocó el balón, muy poco por cierto.

Como buen serbio, Milovan Rajevac, técnico de Ghana, aceptó el pulso. Intentó plantarles batalla a los germanos por ese flanco. A. Ayew, un extremo del modesto Arles francés, puso en más de un aprieto a su 'paisano', un armario de 1,92 que quizá se maneja mejor de central que junto a la cal.

El dúo de moda

Alemania sufre cuando se le ataca mediante combinaciones rápidas, ya que salvo Lahm toda su retaguardia es tosca y lenta. Pero al desplegarse, sobre todo al contragolpe, da sensación de peligro. Özil se plantó solo ante Kingson, pero cometió un error de juventud y no supo definir. Siempre que se junta con Müller, otra estrella del fútbol alemán, el público se levanta. El problema es que el balón debe pasar por Khedira o Schweinsteiger, y ni uno ni otro son medios 'finos', algo que hace perder muchos quilates al conjunto germano en cuanto a elaboración y fútbol control se refiere.

La mejor y casi única ocasión africana antes del descanso mostró la importancia de defender los córners con un jugador en cada palo. Si Lahm no hubiera estado en el segundo, el cabezazo hubiera sido gol seguro. El caso es que Alemania maduró el partido y lo resolvió con un extraordinario disparo de Özil. Tras adelantarse en el marcador, los de Löw se limitaron a mantener el marcador ante las acometidas a la desesperada de los africanos. Lo consiguieron con solvencia. Ahora, toca el 'clásico' ante Inglaterra.