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TOROS

Julio Aparicio vivió una dura experiencia por la que ahora se agarra más a la vida

"Me quedo corto de palabras para dar las gracias a todos los que no han parado de llamarme, a mí y a mis allegados", ha agradecido el diestro

EFE
MADRIDActualizado:

El torero Julio Aparicio ha asegurado en una rueda de prensa, apenas un mes después de la gravísima cornada que sufrió en la plaza de toros de Las Ventas, que fue una experiencia de la que ha sacado "lo positivo" y la razón por la que ahora se agarra más a la vida. Aparicio, que lucía americana beige, camisa azul, pantalón azul marino y un pañuelo rojo anudado en el cuello, mostraba una más que notable recuperación física, tres días después de cumplirse un mes de la cornada que sufrió y cuya imagen del pitón entrándole por el cuello y asomando por la boca dio la vuelta al mundo.

El torero madrileño, acompañado de su nuevo apoderado, Javier González, ha dado un rueda de prensa con una voz perfecta, en la que ha comenzado "agradeciendo a todo el mundo las muestras de cariño y preocupación" por su salud, principal razón de esta comparecencia. "Me quedo corto de palabras para dar las gracias a todos los que no han parado de llamarme, a mí y a mis allegados", ha dicho. Pero, sobre todo, a su hermana Pilar, quien no se ha separado de él desde el día de la cornada, el pasado 21 de mayo, y que ha vivido toda esta "experiencia de la vida" junto a él.

Una tremenda cornada, que hizo temer en un principio por su vida y de la que se ha mostrado hoy muy recuperado. "Gracias a Dios se superó todo, físicamente y mentalmente estoy muy restablecido. Y ahora sólo pienso en descansar y prepararme sin prisas para reaparecer el día uno de agosto en Pontevedra. Esa es mi única preocupación ahora".

Aparicio no ha rehuido en ningún momento hablar del momento de la cornada, un infortunio que él mismo ha atribuido a su "falta de confianza" esa tarde. "Dos días antes de torear en Madrid una vaca me partió dos dedos de la mano izquierda en el campo. Fui a San Isidro a cumplir con mi obligación pero no tenía mucha seguridad sobre todo en esa mano, y cuando caí en la cara del toro se ve que no la apoyé y es ahí donde me echa mano. Ya no recuerdo prácticamente nada más", ha afirmado.

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Una dura experiencia que sin embargo le ha hecho más fuerte y en ningún momento pensó en la retirada o en las posibles secuelas que podrían quedarle. "Nunca llegué a pensar en la posibilidad de que nunca volvería a torear. Sinceramente es como si todo lo que ha pasado haya sido un sueño. Llegué un día antes a Madrid de cuajar un toro en Nimes (sur de Francia) y desde aquella faena hasta que salí del hospital, como si no hubiera sido real", ha apostillado Aparicio.

Lo que sí le ha dejado impresionado ha sido la repercusión que ha tenido su cogida en la prensa internacional, aunque la espeluznante fotografía del momento de la cornada ya no le ha gustado tanto. "Entiendo que esa foto interese a los medios. Pero creo que al igual que esa imagen da la vuelta al mundo debería dar la vuelta una instantánea de un natural o de una media verónica. La cara amable y positiva de 'la Fiesta', no siempre la sangrienta y morbosa".

Las quince corridas previstas llegarán tras su reaparición en Pontevedra, dentro de apenas un mes y para la que ya ha comenzado su preparación física de cara con un entrenamiento "sin prisas y poco a poco". "Los médicos me han dicho que vaya suave. De momento hago deporte, sobre todo de raqueta, y mucho toreo de salón, y si todo va así de bien en dos semanas, ya entrados en el mes de julio, me probaré en el campo", ha finalizado Aparicio.