«Dijo que me tenía que castigar porque a él no le deja nadie»

«Me forzó a tener relaciones sexuales, me quitó la ropa y la tiró por la ventana; luego me sacó desnuda a la calle; aunque grité y pedí socorro, nadie salió a ayudarme». La voz de la mujer se quebraba ayer entrecortada por las lágrimas, al revivir ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Cádiz la agresión sexual que la obligó a seguir tratamiento psicológico durante años. Cuatro años, para ser exactos, desde que su antiguo novio -D. M. M.- supuestamente la violó, le pegó y la vejó públicamente, el 6 de junio de 2006.

«Estuvimos unos siete meses saliendo y al poco tiempo me di cuenta de que era una persona agresiva hacia mí y hacia los demás; así que decidí dejarlo, pero él no lo aceptó, vino a mi casa y aporreó la puerta. Por miedo a que lo viera mi hijo, lo dejé entrar. Nunca debí abrirle». Así comenzaba ayer a relatar esta mujer, vecina de Los Barrios, lo que sucedió aquella tarde. Hablaba detrás de una mampara para no ser vista (ni ver) por su antiguo novio, que se sentaba en el banquillo de la Audiencia, acusado de violación, vejaciones y lesiones.

«La relación fue consentida»

«Yo no he violado a una mujer en mi vida; creo que me ha denunciado por despecho», había declarado poco antes D. M. M., que contó al tribunal una versión diametralmente opuesta a la de su antigua novia: «Yo le dije a ella que lo nuestro no tenía futuro; así que me mandó un mensaje pidiéndome que fuera a su casa». Pero allí, la mujer le habría pedido que se marcharan juntos a la vivienda de él. «Yo accedí y tuvimos relaciones consentidas en mi casa, como otras tantas veces; pero le dije después que lo nuestro no tenía futuro, y ella se levantó y empezó gritar; tiró al suelo la tele y la mini cadena».

La mujer, en cambio, recordó que fue su ex pareja quien la obligó a entrar en un vehículo y la llevó a la fuerza a su domicilio -«me cogió del brazo y me metió en el coche», relataba-, donde la forzó presuntamente a mantener relaciones sexuales contra su voluntad. «Durante horas me encerró; intenté salir a la calle, pero no me dejaba; me repetía una y otra vez que me tenía que castigar, que a él no lo deja nadie», contaba la mujer entre sollozos.

Según su relato de los hechos -que también hace suyo la fiscal en su escrito de acusación-, D. M. M. también sometió a su ex novia a una vejación pública, al sacarla de su casa totalmente desnuda. «Pude taparme con una sábana que encontré en el descansillo, bajé a la calle y me dio la ropa, entonces salí corriendo y volví a mi casa».

Sólo en esto coinciden las historias del acusado y la víctima, ya que D. M. M. reconoció ayer ante los magistrados de la sección tercera que echó de su casa a su pareja cuando aún estaba desnuda. Aunque, según él, lo hizo por motivos muy distintos: «Ella tiró la foto de mis hijos y entonces perdí los nervios; la eché de casa y le arrojé la ropa por la ventana, pero me di cuenta de lo que había hecho y le dije que entrara de nuevo en casa».

«Nadie quería pringarse»

A pesar de los gritos, los golpes y la pelea que ambos reconocieron haber protagonizado, ningún vecino del supuesto agresor acudió a interesarse por lo ocurrido, ni llamaron a la Guardia Civil. De hecho, uno de los agentes que intervinieron en la investigación reconoció ayer que «algún vecino comentó que una mujer había salido desnuda, pero ninguno quería pringarse».

El acusado se encuentra actualmente en libertad con cargos, aunque cuenta con una orden de alejamiento de su ex pareja como medida cautelar impuesta por el juez de instrucción. La fiscal de Violencia de Género pide para él una pena de prisión de 11 años y medio por el delito de agresión sexual, y otra de dos años y seis meses por el de lesiones.