Y ENTERRADO
Actualizado: GuardarLa semana pasada dije en mi columna que estábamos muertos y que en siete días podíamos estar enterrados, como así ha sido por desgracia. En estos casos es cuando suelo decir que odio tener razón. Y digo esto porque no me he equivocado en nada. Dije toda la semana que ha pasado que el único marcador que nos favorecería sería el del Girona- Murcia, como así ha sido, curiosamente en el único donde se jugaban algo los dos. Tenía claro, clarísimo, que el resto ganaría seguro, ya fuese en Cartagena, Vigo o en el campo que fuese. Daba igual, ganarían todos. Como también tenía claro que ganaría el Cádiz, no nos vayamos a engañar. Se ha descendido ¿Y ahora qué? Segundo descenso a las cloacas del fútbol en dos años. Aquí no aprende nadie de los errores, ya que teniendo el anterior tan fresco, tan cercano en el tiempo, se tendría que haber hecho con la suficiente antelación, todo lo posible y lo imposible para no volver a caer de nuevo. Este descenso lo considero mucho más negativo, dañino y perjudicial para la entidad que el de Alicante. En aquella ocasión dije que daba por bueno el descenso si se subía en un solo año, porque servía para limpiar el vestuario y que entrara aire nuevo. En este caso, creo que ni aún subiendo en una temporada (no será fácil), este descenso es mortal de necesidad. Está marcado ya por ser el año del Centenario, que lo vamos a vivir en esta categoría no profesional y que pasearemos nuestras vergüenzas por esos campos de Dios que nos esperan a vuelta del verano. Lo peor es que ha estado en nuestra mano evitar el descenso en una temporada donde todos han ido tirando oportunidades por la borda. Unos por no echar en el campo lo que hay que echar cuando no se tiene calidad, otros por no subir la calidad del equipo fichando y otros por tomar decisiones cobardes y meter el culo en nuestra portería. Me quedo con las lágrimas de los aficionados cadistas que al término del partido me abrazaban buscando consuelo. No nos merecíamos pasar por esto otra vez. Y punto.