Rajoy apoyará la reforma laboral si el Gobierno acepta «algunas cosas»
El PP quiere convencer a los socialistas para que introduzca cambios en la negociación colectiva, así como en la formación profesional
MADRID.Actualizado:«Hoy no voy hablar del Gobierno». Así comenzó ayer Mariano Rajoy su intervención en la clausura de la convención del PP de Melilla. El presidente del partido opositor incumplió su promesa. Más allá de la infaltable acusación al Ejecutivo socialista de «empobrecer a España y a los españoles», Rajoy reprochó a José Luis Rodríguez Zapatero que «desprecie a la oposición» en unos momentos tan delicados para el país. Abonó esta queja con un dato: «El Gobierno sólo ha dedicado hora y media a intentar consensuar la reforma laboral con el PP».
El líder de los populares criticó la propuesta gubernamental «porque no garantiza la creación de empleo», pero abrió la puerta de par en par a un posible 'sí' de su formación al texto definitivo que resulte de la tramitación parlamentaria de la reforma. No se trata ni de un cheque en blanco ni de un cambio radical de la postura del principal partido de la oposición. Rajoy se ofreció a apoyar al Gobierno en este delicado asunto «siempre que acepte algunas cosas razonables» de las que reclama su partido en la reforma del mercado de trabajo.
Los populares consideran prioritario cambios en la negociación colectiva de las empresas «porque no tienen los mismos problemas una con dos trabajadores que otra con dos mil empleados» y dar un nuevo impulso a la formación profesional para lograr una mayor especialización. El partido opositor sostiene que España necesita una reforma completa de las relaciones laborales, la estructura de los trabajadores, la negociación colectiva, la formación profesional y el absentismo laboral, aunque sin concretar detalles.
El PP no ha escatimado gestos en las últimas horas que hacen pensar que en esta ocasión sí está por el consenso. El grupo popular en el Congreso facilitará la aprobación del decreto de la reforma laboral y su tramitación como proyecto de ley por la vía de urgencia, según anunció el secretario general del grupo, José Luis Ayllón. Una negativa del PP habría obligado a tramitar este proyecto de ley por la vía ordinaria ya que este mecanismo exige la unanimidad de los grupos. La tramitación ordinaria retrasaría la aprobación hasta después del verano. Un aplazamiento no deseado ni por el Gobierno ni por CiU, que ya se ha comprometido a facilitar su aprobación.
La única alternativa
Rajoy completó su alocución con grandes dosis de optimismo en relación al futuro de España y al suyo propio. «Este país no es ninguna broma, es uno de los más importantes del mundo», comentó tras enumerar alguna de sus primeras decisiones en el supuesto de que gane las elecciones y sea presidente del Gobierno, entre ellas insuflar «confianza». Ésta es la receta que, a su juicio, necesita España. Defendió que esa certidumbre sólo la puede ofrecer el PP. Por ello reclamó a los suyos que sean conscientes de la gran responsabilidad que tiene en estos momentos toda la organización popular ante la mirada de muchos ciudadanos que en 2008 votaron al PSOE y ahora ven al PP como «única alternativa».
Una de las promesas que realizó en Melilla fue regresar a la ciudad norteafricana en visita oficial, una vez que logre llegar a la Moncloa. El objetivo de este viaje, de especial relevancia geopolítica y seguro motivo de controversia con Marruecos, es demostrar que le importan «todos los españoles por igual», independientemente de dónde hayan nacido, vivan o cuál sea su origen.
Rajoy buceó hasta los confines del centroizquierda en busca de nuevos respaldos electorales. A su juicio, la gravedad de la situación económica y política reclama una altura de miras especial, incluso, dejando las ideologías en un segundo plano. «Ya no es un problema de socialismo ni de nada, sino de una incompetencia atroz», remachó el líder opositor.
Compartió con los asistentes al mitin algunas de las sensaciones que percibió el miércoles en Bruselas, donde participó en una reunión del Partido Popular Europeo en compañía de Angela Merkel, Nicolas Sarkozy o Silvio Berlusconi, entre otros. «España es un país en observación porque Europa nos está mirando con lupa; somos el foco de atención», declaró.