CURA DE HUMILDAD
Actualizado:Después del trabajo que costó clasificarse para la Eurocopa de Suiza y Austria, los entonces chicos de Luis Aragonés llegaban a la cita continental con una meta clara: tratar de superar la criba de los cuartos de final, esa ronda que no lográbamos pasar tradicionalmente. No sólo lo conseguimos, sino que además fuimos los mejores. Allí nadie lanzó las campanas al vuelo antes de tiempo, se fue pasito a paso siguiendo las premisas del sabio de Hortaleza que, esa vez, sí que fue sabio.
La clasificación para el Mundial de Sudáfrica ha sido mucho más desahogada. En este caso se ha logrado con holgura y solvencia, con unos números realmente envidiables para cualquier otro combinado nacional. Lo único que ha cambiado ha sido el seleccionador, porque el discurso de humildad sigue siendo el mismo. Nada ha cambiado. Los Xavi, Iniesta y compañía nunca lanzan las campanas al vuelo, pese a la superioridad demostrada en la fase previa. Sin embargo, como el ambiente es inmejorable, aparece la prensa 'mafional' para hacer de las suyas. A lo primero que se atreven es a otorgarnos una condición de favoritos que los propios futbolistas rehúyen. Después, una vez que los históricamente grandes van debutando, se empeñan en compararnos con ellos, en tirar por tierra el juego de los demás y en afirmar, ni cortos ni perezosos, que el Campeonato es muy malo y que esa tónica de mediocridad será rota por España. Y vaya si la rompimos ya que casi todos ganaron o empataron y nosotros perdimos.
En esta tesitura, los muchachos 'mafionales' se despachan la crónica del encuentro con un elocuente titular: «Cura de humildad». Pero, mientras los de Del Bosque sólo quieren oír hablar del próximo partido ante Honduras, ellos se atreven a decir que vamos a ganar los dos próximos encuentros con la gorra. ¿A quién le vendría bien la cura de humildad?