Zapatero fuerza a los socios de la UE a publicar el estado real de sus bancos
El Consejo aprueba imponer una nueva tasa a las entidades financieras y negociar con el G-20 un impuesto de transacciones
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl Gobierno español consiguió diluir ayer en Bruselas la fortísima presión mediática desatada estos días atrás sobre la situación económica del país, que cuestionaba abiertamente su capacidad para sobrellevar la crisis y que a primeras horas de la mañana alcanzó niveles de paroxismo. La reunión ordinaria del Consejo Europeo, con la que concluía el mandato presidencial español, se abrió en la capital comunitaria entre el clamor de los medios de comunicación sobre la capacidad española para financiar su deuda y terminó, mediada la tarde, asumiendo las tesis de transparencia sobre la solvencia de los sistemas bancarios de la Unión impulsadas la víspera por el Banco de España y adoptadas por el Gobierno como propias.
La UE, por ello, hará públicos los test de resistencia a los que han sido sometidas las instituciones bancarias de los Estados miembros. En el interludio, la emisión de 3.479 millones de euros a 10 y 30 años por el Tesoro español no sólo no encontró dificultades de colocación, aunque tuvo que pagar un elevado precio -al 4,911% y al 5,937% respectivamente-, sino que la demanda llegó a duplicarse, pues se totalizaron peticiones por 6.830 millones.
Durante la rueda de prensa, Rodríguez Zapatero desacreditó las especulaciones periodísticas de estas últimas semanas originadas en Alemania, y dio término a una fructífera reunión del Consejo Europeo, en la que se adoptaron decisiones de largo alcance sobre la mejora del gobierno económico europeo y la lucha contra la crisis. Entre ellas, destaca el compromiso de imponer una tasa a la banca europea, de características aún por definir, y el de negociar con el G-20 una tasa mundial sobre las transacciones financieras.
Zapatero detalló ante los presentes las medidas adoptadas por su Gobierno, pero no hubo debate al respecto. Lo que sí cuajó fue la idea de dar publicidad a los test de resistencia a los que han sido sometidos los bancos europeos. El Banco de España decidió el miércoles hacer públicos esos datos para acabar con las especulaciones sobre la solvencia de la banca privada española, cuestionada interesadamente estos días. El planteamiento español, que Zapatero defendió en la cumbre, no había sido inicialmente secundado por los demás socios comunitarios, pero finalmente no tuvieron otro remedio que aceptarlo ante la evidencia de que una negativa sería inevitablemente interpretada por los mercados como síntoma de debilidad.
Las conclusiones de la cumbre establecen que «los test de resistencia actualmente en curso por los supervisores bancarios serán hechos públicos a más tardar la segunda quincena de julio». La decisión de la cumbre es sorprendente, porque existen ya resultados sobre los test efectuados el año pasado sobre una treintena de instituciones financieras. De hecho, en una entrevista bilateral que mantuvieron ayer en Bruselas Zapatero y Cameron, el 'premier' británico desveló que el Santander era el banco que mejores resultados había obtenido en esas pruebas. Posteriormente, fuentes del Gobierno español declararon que el BBVA era el segundo mejor parado en los test.
Respecto a la tan traída y llevada en las últimas semanas situación de la economía española, Zapatero desacreditó las informaciones sobre la supuesta apelación al Fondo de Estabilización del euro, calificándolas de «rumores». «El sistema financiero español es de una gran solvencia», afirmó. «Somos uno de los pocos países europeos en el que los bancos no han requerido inyecciones de capital y sólo han sido intervenidas dos entidades menores», en referencia a la Caja Castilla-La Mancha y CajaSur.
Sarkozy y Merkel echaron sendos capotes a Zapatero en sus respectivas ruedas de prensa. El presidente francés contestó «no, no, no, no» cuando le preguntaron si estaba inquieto por la situación financiera española. «Tenemos plena confianza en las autoridades españolas», dijo. La canciller alemana, por su parte, valoró positivamente las medidas tomadas por el Ejecutivo español, en especial la reforma laboral.
Por relevancia, el acuerdo de la cumbre sobre la tasa bancaria va en segundo lugar. Herman Van Rompuy precisó que la UE aplicará esa tasa «independientemente de que el G-20 la haga propia o no».