Maradona felicita eufórico al 'Pipa' Higuaín después de la sustitución del jugador. :: AP
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Implacable Argentina

Higuaín firmó el primer 'hat trick' del Mundial y disfrutó más que nadie de la excelente sociedad Messi-Agüero

JOHANNESBURGO. Actualizado: Guardar
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Argentina, «implacable» según Maradona, mantiene su progresión geométrica en Sudáfrica. Sin necesidad de hacer un gran fútbol pero con un espíritu ganador y un ataque mortífero, empieza a meter miedo. Puede haber encontrado en Higuaín al Kempes del 78, al aguerrido delantero clásico que porfía, se pelea hasta con su madre si hace falta y aparece en el momento justo para empujarla. Reclutado por Maradona sólo en los últimos meses, el 'Pipa' celebró su primer 'hat trick' en un Mundial por puro oportunismo, colocación y viveza. Primero se aprovechó de una acción de estrategia, y luego de dos excelentes combinaciones entre Messi y el 'Kun'.

El delantero madridista fue el héroe del Soccer City. Se fundió en un abrazo interminable con 'El Diego' cuando fue reemplazado para llevarse la ovación de una grada entregada, alucinada de ver a un equipo que ni se imaginaba cuando en la clasificación salió humillada de Bolivia. Pero para estudiosos del buen fútbol el choque dejó otras noticias muy relevantes, y casi todas positivas para los bicampeones.

Para empezar, se pudo comprobar que la conexión entre Leo y Agüero es mortífera. Juntos, y con Iniesta y Xavi por detrás, en el Barça podrían marcar una época. Salió el atlético por el 'Apache' Tévez a poco más de un cuarto de hora para el final, con un amenazante 2-1 en el marcador, y en ese lapso lió la mundial. Se asoció con la 'Pulga' y minimizaron a los asiáticos, que habían soñado con el empate en un contragolpe que mostró su inmensa inocencia. Resulta que Yeom se plantó ante el 'Gato' Romero y, en lugar de superarle con la derecha, intentó una rosca imposible con el empeine exterior de su zurda. Su técnico, Huh Jung Moo, el mismo que cosió a patadas a Maradona en el Mundial del 86 y se ganó a pulso el apodo de Kung-Fu, le lanzó una mirada asesina. Fue una acción que pudo resultar clave, ya que entonces Argentina jugaba con fuego, con una ventaja exigua que le acercaba al objetivo.

Mención especial merecen las acciones a balón parado. Se acusaba a Maradona, y seguramente con razón, de no preparar los partidos, de olvidarse de la estrategia en beneficio de la improvisación. Pero batió a Nigeria por un golazo de Heinze, a la salida de un córner, y descerrajó a los guerreros Taeguk también a pelota parada. Messi preludió con una falta lateral un autogol y poco después la cabeza de Higuaín se iluminó tras un balón peinado. Fruto de otro golpe franco, esta vez sacado en corto. «Todo es gracias al trabajo de Diego», insiste Heinze, un pretoriano de Maradona.

Leo está en todas

Otra conclusión conduce a Messi. Apareció algo menos que ante Nigeria, sigue peleado con el gol, pero su forma de situarse, de encarar y de echarse al equipo encima, recuerda cada día más al Maradona del 86. Si hace falta, baja a recibir a su propio campo. No marcó, pero participó en todos los goles. El tercero demostró que está gafado en la suerte final. Tras recibir de Agüero, lanzó primero contra el portero y después al palo. Pero ahí, en boca de gol, estaba el delantero recién renovado al final por el Madrid, donde se le criticaba que quisiera ganar lo mismo que Benzema.

Llegó al Mundial envuelta en líos, en polémicas, y después de sólo dos partidos se abre como gran candidata al título. Es verdad que todavía no ha jugado contra ningún adversario de alto rango, pero otras de las candidatas ya han fallado. Tuvo menos circulación de balón que ante Nigeria, ya que les faltó Verón y Maxi es de otro estilo, pero encontró la dinamita. Como principales críticas, el error pueril de Demichelis, que se lió con el balón y permitió a los surcoreanos acortar distancias, y su excesiva parsimonia en la reanudación. Hasta que salió el 'Kun', la mejor noticia para sus socios Messi e Higuaín.