«Su compromiso ideológico y vital con las víctimas y con los conflictos, era parte de su vocación»
Ángeles González-Sinde lamenta el fallecimiento del escritor, que "nos quería mucho desde un alma muy portuguesa"
MADRIDActualizado:El mundo de la cultura llora la muerte del escritor portugués José Saramago. El único premio Nobel de Literatura a la lengua portuguesa ha fallecido este mediodía en la isla de Lanzarote a la edad de 87 años. Su última aparición pública fue en diciembre de 2009 cuando visitó a la activista saharaui Aminatu Haidar, en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote. El escritor ha dicho adiós escribiendo su próxima obra, que tenía como tema central la industria del armamento y la ausencia de huelgas en este sector.
Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura: "Hoy es un día triste para la cultura, nos tenemos que empezar a acostumbrar a que ya no vamos a tener más novelas nuevas de Saramago, ni más artículos suyos; nos habíamos acostumbrado a una presencia muy constante". "Muchos lectores, y muchos españoles, por desgracia, vivimos de espaldas a la cultura portuguesa y miramos más hacia el otro lado de nuestra frontera que hacia el país vecino, pero Saramago nos abrió esa puerta a esa cultura tan maravillosa, de la que después nos enamoramos siempre".
"Era un hombre muy comprometido, progresista, muy de izquierdas -ha dicho- y su compromiso ideológico y vital con las víctimas y con los conflictos, que era parte de su ideología, era también parte de su vocación, porque el impulso de escribir es siempre un intento de contar de otra manera lo que estás viviendo y con la voluntad de transformarlo". "A veces, cuando uno piensa en un autor consagrado lo ve viviendo como en una torre de marfil y, en este caso, en absoluto: lo que le nutría de vida y de reflexión era lo que ocurría alrededor, eso creo que es lo que pasaba a Saramago", ha concluido.
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español: Ha destacado su "profundo sentimiento de condolencia por la muerte de José Saramago, escritor de lengua y alma hermanas, cuya palabra ha atravesado el mundo gracias a su imaginación y conciencia crítica, que le ha convertido muy a menudo en la voz de los más débiles".
"Los españoles lloramos hoy a Saramago como a uno de los nuestros, porque siempre lo hemos sentido a nuestro lado, enriqueciéndonos con su mirada compasiva y lúcida. Esta balsa de piedra que él cantó, la que une más allá de fronteras a España y Portugal, siente la pérdida de una de sus voces más hondas, más preocupadas por lo humano, más universales. Españoles y portugueses compartimos hoy el mismo dolor, pero también el ejemplo que nos deja su legado de solidaridad, de inteligencia y de afecto".
Mariano Rajoy, líder del Partido Popular: "España pierde un amigo y las letras portuguesas un autor universal". "La calidad y hondura de su obra le ha convertido en un autor de referencia en todo el mundo", ha afirmado el 'popular', quien ha añadido que la obra de Saramago perdurará en la memoria de muchas generaciones.
José Sócrates, primer ministro portugués: "Es una de las grandes personalidades de la cultura y su pérdida nos deja más pobres. Su muerte constituye una gran pérdida para la cultura nacional. Los portugueses apreciaron mucho la carrera de José Saramago, que dejó una obra que enorgullece el país".
Gabriela Canavilhas, ministra de Cultura lusa: "Espero que tengamos el honor de acoger las ceremonias fúnebres. Su libertad creativa no tenía que ver con afiliaciones políticas ni con gobiernos".
Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes: "Ha sido el más firme heredero de una larga tradición: el iberismo portugués". "Pocos como él han amado y conocido tan profundamente nuestras dos culturas". "Fue un escritor arriesgado y sin concesiones, que supo mirar con su agudo sentido crítico muchas de nuestras llagas: la muerte, las guerras, los abusos del poder".
Alberto Vázquez-Figueroa, escritor y gran amigo: "Una de las cosas que más le divertía era que yo pinchara a Pilar. La adoraba pero le tenía un cierto respeto y muchas veces no se atrevía, pero cuando yo me metía con ella, siempre en broma y de risas, él se reía mucho, a carcajadas. ¡Se descojonaba!".
El escritor tinerfeño ha reltado la anécdota de un almuerzo en casa de Saramago en "la que Pilar estaba todo el rato hablando de Alberti; Alberti para arriba y para abajo, y al terminar la comida trae un libro y empieza a recitar". "Y yo le dijo, muy serio: 'Te confieso que nunca he sido un partidario de Alberti, pero ciertamente después de oírte recitar, ¡lo odio!'. ¡Bueno!, ¡José se cayó de la silla de la risa que le entró! Y ella se enfureció: 'Ya les estás riendo las gracias a Alberto', mientras él decía que ya era hora, que estaba bien de oír hablar de él todo el santo día", ha recordado.
Gonzalo Rojas, Premio Cervantes 2003: "¿Cuántos años tenía José? 87 años... era un muchacho". "Imagínese, yo tengo 93 y me siento como un jovenzuelo". "Hace un tiempo tuve la suerte de estar con él en su pueblo" ha recordado Rojas, que trabaja en la preparación de nuevas obras -"siempre hay obras, siempre"- y en cuya opinión el autor de El Evangelio según Jesucristo era también un narrador "con altura, carácter y gracia". "Tenía mucha gracia, que convirtió en libertad para expresar, con valentía, la realidad".
El cineasta brasileño Fernando Meirelles, autor del filme Ensayo sobre la ceguera (2008), basado en la obra homónima de José Saramago, ha dicho que con el fallecimiento del escritor el mundo pierde lucidez. "Definitivamente, hoy el mundo se ha vuelto aún más necio y ciego". El director mantuvo una estrecha relación con el novelista luso durante el rodaje de la película.
El escritor italiano Darío Fo ha expresado su "gran tristeza" por la muerte del literato portugués, lo que supone, según él, no sólo la pérdida de un "amigo", sino también la de un "grandísimo autor" con ideas extraordinarias aún por publicar.