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El nuevo plan del Casco Histórico tendrá una inversión de 91 millones
La protección se extiende a 289 edificios más y el centro acogerá 658 nuevas viviendas y 800 aparcamientos para residentes
Actualizado: GuardarSi se ejecuta en todos sus términos, el nuevo Plan de Protección del Casco Histórico portuense supondrá una inversión de 91 millones de euros. El documento, que prohíbe el derribo de 577 inmuebles, ya ha sido aprobado por la Junta de Gobierno y será expuesto durante dos meses en el Palacio de Araníbar. Su culminación y puesta en marcha será paralela a la del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
El dinero que moverá la reordenación del casco histórico de la ciudad corresponderá en 20 millones al Ayuntamiento portuense, en 31 a las administraciones supramunicipales como la Junta y el Gobierno central y en 39,4 a la iniciativa privada. Una de las novedades más importantes es la dotación de nuevas viviendas, resultantes de la remodelación de edificios que se encuentren en mal estado. De las 658 previstas, un total de 211 serán VPO.
El objetivo es repoblar el centro de El Puerto y propiciar la presencia de ciudadanos jóvenes que revitalicen la vida en esta zona, cuyo sector comercial atraviesa una mala racha. En este sentido, otro de los puntos fuertes del PEPCH redunda en la mejora de la movilidad para atraer a los consumidores y a la postre, a las grandes franquicias textiles. Para ello, ya se está desarrollando la peatonalización de las calles. El tráfico será restringido para el transporte público y los residentes. Así, se habilitará una bolsa de 800 nuevas plazas de aparcamientos. La alternativa para que los visitantes dejen sus vehículos serán los 'parking' previstos en la rotonda de Pozos Dulces y en la Plaza de Toros, con alrededor de 1.000 plazas en total.
En cuanto a las denominadas como actuaciones singulares, se centran en tres focos: el casco bodeguero de la calle Valdés, la Plaza de Abastos -que pierde la catalogación por no tener interés artístico ni arquitectónico- y las Bodegas Caballero. En Valdés se cambia el uso de siete bodegas, que acogerán servicios y una zona verde enlazará el final de la calle con la nueva avenida de la Bajamar. El futuro del mercado, objeto de polémica por una campaña en contra de su destrucción, se queda en el aire aunque ya se baraja su demolición y traslado de los placeros a una bodega. En relación a Caballero, se permite la transformación en suelo residencial de la zona industrial colindante con la Avenida de Fuenterrabía, siempre y cuando: se asegure la permanencia de la actividad industrial en la ciudad y se cedan los equipamientos necesarios.
Consenso
Tanto el alcalde, Enrique Moresco, como la edil de Urbanismo, Patricia Ybarra, aseguraron que el documento es fruto del consenso con los partidos de la oposición a los que se ha dado participación mediante las comisiones de seguimiento. Hoy está previsto que se aprobado por el pleno municipal pese a que este trámite no es necesario. «Y ya estamos trabajando en la exposición pública que durará dos meses desde su inauguración», sentenció.