'La Roja' se traiciona a sí misma
El combinado nacional no encontró el camino del éxito ante una selección suiza que siempre se sintió muy cómoda sobre el campo La ansiedad borró las señas de identidad y España abusó de los centros al área
Actualizado:La ansiedad jugó una mala pasada a la selección, que se traicionó a sí misma en los momentos decisivos del choque ante Suiza e intentó buscar el empate por la vía rápida, olvidándose por completo de sus señas de identidad. Advertía la víspera el brasileño Dani Alves que a 'La Roja' todavía le faltan tablas en los mundiales a pesar de ser la campeona de Europa. Y ayer, en Durban, sus palabras se cumplieron. En los amistosos de preparación disputados en Innsbruck ante Arabia Saudí y Corea del Sur, España no estuvo bien, pero llevó hasta el extremo su filosofía de toque y posesión hasta encontrar la llave del triunfo. En Sudáfrica, sin embargo, los futbolistas notaron la presión de la gran cita planetaria y afloró la precipitación. Hasta el punto de que su único recurso para intentar contrarrestar el gol suizo fue dar el balón a Navas o Pedro para que lo colgaran al área. Insólito.
La primera parte fue la de los rondos infinitos. La pelota deambulaba sin cesar entre los hombres de Vicente del Bosque, que tocaban y tocaban. Faltó profundización y velocidad en las entregas, pero al menos la selección era reconocible y Xavi, Xabi Alonso e Iniesta se mostraron fieles a los principios y virtudes que les hizo levantar el trofeo continental en Viena hace dos años. Villa, acostumbrado a tener siempre apoyos en las inmediaciones del área, se encontró a veces aislado, sin más opción que la aventura individual. Pero 'La Roja' insistió en sus ideas, las que le hacen temible para el resto de adversarios y todavía favorita en el Mundial a pesar del mayúsculo tropiezo. Tuya, mía... Paciencia y, si no hay espacios, vuelta a empezar. Así llegó la única ocasión clara, cuando Piqué recibió de Iniesta, recortó y falló en el uno contra uno ante Benaglio, fantástico toda la tarde.
Los primeros minutos de la segunda mitad fueron los mejores de la selección, sustentados en su estilo característico y en la búsqueda incesante de espacios entre líneas. Y fue precisamente en esos momentos cuando llegó el mazazo de los helvéticos, el que cambió el rictus de los jugadores de 'La Roja' hasta conducirles a la deserción. El rondo no funcionaba y Del Bosque tiró de Navas, primero, y Pedro, después, para agilizar las entradas por las bandas. La transición hasta ellas se hizo con criterio y rapidez, pero las acciones morían con envíos al corazón del área, una faceta en la que los defensas suizos se sintieron muy cómodos. El sevillista encaraba al lateral, se frenaba y centraba. El azulgrana buscaba a su par, regateaba siempre hacia fuera y también balón al área. España se había olvidado de ser España, algo que nunca sucedió en la Eurocopa de Austria y Suiza.
Principios básicos
Es improbable que el técnico salmantino diera esa consigna a sus dos interiores, por lo que es evidente que pesó, y mucho, el nivel de una competición en la que la selección se ha presentado como favorita por méritos propios. El mencionado Alves había hablado de escaso bagaje en los mundiales, pero el propio David Villa ya había avisado que la selección necesitaba ser fiel a sus principios para empezar con buen pie el torneo. Tampoco la entrada de un mermado Fernando Torres en sustitución de Busquets avalaría el constante envío de pelotas aéreas al punto de penalti. De hecho, el mayor peligro de 'La Roja' cuando el ya blaugrana y el delantero del Liverpool juegan juntos surge habitualmente de su magnífica capacidad para desmarcarse y abrir huecos a los compañeros. Muestra evidente de que 'La Roja' no se reconocía es que los saques de esquina, poco productivos para los españoles, se convirtieron ayer en uno de sus mejores argumentos ofensivos. De un córner transformado en jugada de estrategia llegó precisamente la gran oportunidad de la selección en la segunda parte, cuando Xabi Alonso estrelló el balón en el larguero. La ansiedad siempre es mala consejera en el debut, pero puede ser letal si la necesidad imperiosa de ganar se traslada a la segunda jornada. Del Bosque tiene un duro trabajo para calmar el estrés de sus hombres, que se la jugarán a una carta el próximo lunes ante Honduras. Una melodía ya conocida.