Francia o México, sólo puede quedar uno

El estadio Peter Mokoba de Polokwane presenciará un partido a vida o muerte. En el que sólo podrá quedar uno. Con reminiscencias históricas, porque un duelo entre Francia y México inauguró la historia de los Mundiales allá por julio de 1930 en Montevideo, los galos y los centroamericanos se juegan el pase a la siguiente ronda. Y los europeos algo más que eso: su prestigio, puesto a que se colaron en la repesca y acumulan sólo una victoria en sus siete último partidos de la fase de grupos de esta competición.

En principio, los dos equipos partían como favoritos para pasar a octavos, pero sus empates en la jornada inaugural les ha puesto muy cuesta arriba esa meta. En esos duelos, tanto Francia como México, que nunca ha superado a su rival de hoy en este torneo (cinco derrotas en seis choques) escenificaron uno de sus principales problemas: la falta de definición de sus delanteros.

En principio, Domenech, que se despedirá tras este torneo, dará entrada a Malouda, suplente en el encuentro inaugural, por Gourcuff. Aguirre, mientras tanto, apelará al buen trato de balón de su equipo y se encomendará a Javier Hernández, que ha sido fichado por el Manchester United, y a Guille Franco.