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FALLAR EL ÚLTIMO PASE

EMILIO AMAVISCA
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Desde que España ganó la Eurocopa, todos los españoles estábamos esperando con impaciencia la llegada de este Mundial. En esta ocasión, por primera vez diría yo, partiendo como favoritos. El buen juego en el Europeo y una fase de clasificación impecable eran nuestros grandes avales. La duda de Iniesta se resolvió al ver el once de Del Bosque. Su salida de inicio hacía que España presentara su equipo de gala para el debut. Nada hacía presagiar el desenlace final.

Desde el comienzo del partido España se ha hecho dueña del esférico, dejando inédito al conjunto helvético, que en muchas fases de la primera parte se ha tenido que contentar con parar las acometidas hispanas. Con mucha paciencia y desgastando físicamente al rival (¡cómo cuesta correr detrás de la pelota!), nuestra selección no perdía sus señas de identidad que tantas victorias le había dado. Paradójicamente, el mayor peligro en estos 45 minutos llegó por mediación de un defensa. Piqué, como delantero centro de calidad, recibió un balón en área y, con un magnífico recorte, se plantó solo ante del guardameta. Éste supo reaccionar con rapidez y tapó el disparo del central.

La segunda mitad empezó con el mismo guión que la primera. Suiza seguía encerrada y España llevaba el peso del partido. Hasta que llegó lo inesperado para todos. Tras una jugada desafortunada, con varios rebotes favorecedores siempre a los suizos, Fernandes se quedó solo y marcó a puerta vacía. A partir del gol helvético, asedio total del combinado español. Es el hándicap de ser el favorito: los rivales te tienen demasiado respeto y optan por cerrarse a cal y canto. Si no consigues un gol pronto, tienes muchos problemas para sacar adelante el encuentro. Y si, por el contrario, el equipo rival te marca, se encierra todavía más y te crea muchísimas dificultades. Es lo que nos pasó ayer.

La entrada de Navas y Torres dio más profundidad y las ocasiones se sucedían. Los minutos finales corrieron velozmente y los nervios del equipo español afloraron. Al final, tropiezo importante. La conclusión positiva que saco es que España se ha mantenido fiel a su manera de ver el fútbol. Ha seguido tocando el balón, ha intentado abrir el juego y no se ha acelerado. El problema es que no ha sido tan precisa como en otras ocasiones. El último pase es lo que le ha fallado. No obstante, hay que seguir creyendo en este equipo porque nos ha demostrado que sabe jugar muy bien al fútbol y que, en situaciones límite, da la cara.