Laporta felicitó a Rosell por su victoria el pasado domingo. :: EFE
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Rosell y Laporta venden paz

Se reunieron en el Camp Nou para que el traspaso de poder sea transparente y para ponerse al día en temas urgentes

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Sandro Rosell no será oficialmente presidente del Barça hasta el 1 de julio, pero ya ejerce desde el primer minuto después de ganar las elecciones. Y lo más sorprendente es que lo está haciendo con el visto bueno de Joan Laporta, decidido a irse del club dejando la mejor imagen posible colaborando, por lo menos de momento, a que el traspaso de poder sea totalmente transparente. En la mañana de ayer se produjo la esperada reunión entre ambos en las oficinas del Camp Nou, sin secretismos. Trataron temas urgentes, como el fichaje de Cesc Fàbregas o el traspaso de Touré al Manchester City, entre otras muchas cuestiones. Rosell ya se reunió este lunes por la tarde con Pep Guardiola para sentar las bases de lo que será la parcela deportiva.

Laporta ya escenificó el inesperado 'buen rollo' con un abrazo provocado y oportuno en la medianoche del domingo, en la Sala París del Camp Nou, visible ante los numerosos medios de comunicación que seguían las elecciones. «Quise felicitarle, recordé los buenos momentos vividos cuando iniciamos este camino juntos, hemos tenido discrepancias, pero conservo un punto de afecto hacia Sandro», explicó Laporta, que por primera vez en varias semanas dejó de llamarle Alexandre, el nombre de su DNI y el que figuró en las papeletas por decreto de la junta electoral, quizás buscando la confusión del socio.

Y ese repentino ataque de afecto fue bien encajado por Rosell: «Laporta se ha puesto a nuestra disposición para hacer el proceso de transición con mucha cordura, creo que el traspaso de poder será más pacífico y tranquilo de lo que esperaba».

Normalidad absoluta

En realidad, así de normales tendrían que ser siempre este tipo de procesos, pero las expectativas sobre una posible cohabitación polémica hasta el 30 de junio tenían fundamento: Laporta y Rosell no se hablan desde 2005, cuando el segundo, entonces vicepresidente deportivo, abandonó el club por el modo dictatorial con el que estaba siendo presidido por el primero desde 2003, el año en el que ambos aterrizaron de la mano en el Camp Nou. Y no sólo eso. Está en marcha una demanda judicial de Rosell a Laporta porque el todavía presidente del Barça acusó públicamente durante la campaña electoral a su ahora sucesor de ofrecerle una importante comisión si vendían a Ronaldinho al Chelsea en 2005.

El nuevo presidente insistió el lunes en que eso sigue adelante «porque se sobrepasaron los límites» y hasta Laporta se mostró conciliador en ese punto: «Si llega la demanda, tendré que defenderme, pero eso no afectará a nuestra relación institucional, sólo al ámbito privado».

El barcelonismo atraviesa actualmente por un estado de éxtasis tras los últimos resultados deportivos y no tienen cabida los choques de ego. Ayer desde Sudáfrica, Puyol y Villa mandaron su felicitación a Rosell, al igual que la Federación Española. Existe mucha ilusión por esta nueva etapa y que el Barça siga en la cumbre.