En el centro de la imagen, José Tréllez espera su turno de palabra mientras habla con un aficionado. :: ANTONIO VÁZQUEZ
LA PRÓRROGA

La familia azulina convence a Tréllez

El presidente del San Fernando, aclamado por los socios, seguirá un año en el cargo

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Se queda. Costó convencerlo, pero se queda. El presidente del San Fernando CD, José Tréllez, pensaba llegar hasta el final con su anuncio de abandonar el cargo. Sus motivos se desprendían del agotamiento que ha acumulado en esta larga y convulsa temporada y la falta de apoyos con la que se ha encontrado por parte de todas las instituciones.

Su decisión, que se hizo pública al día siguiente de que el equipo consiguiera vencer la eliminatoria entre subcampeones de Primera Andaluza frente al Utrera, se debatió anoche en la asamblea de socios que tuvo lugar en el Centro de Congresos y Exposiciones de la localidad.

Fue el verdadero asunto sobre el que giró todo el tiempo la reunión, a la que asistieron alrededor de 170 socios. En un segundo plano quedó la excelente gestión económica que ha permitido que las arcas de la recién nacida entidad hayan terminado el curso con superávit. En concreto, el próximo curso se contará con 46.687 euros en el cajón antes de empezar a trabajar. Fue el primer punto en la orden del día, la exposición de las cuentas. En resúmen, el San Fernando ingresó 282.865 euros y se gastó 236.178.

Después llegó el momento que todos esperaban. Tréllez tomó la palabra y antes de empezar a hablar ya sentía de cerca el apoyo de la gente. «¡Presidente, presidente!» y «¡Pepe, quédate!» fueron algunos de los gritos que se oyeron en la sala, que anoche tuvo una opinión unánime.

Y es que, a pesar de que en lo deportivo ha sido un año un poco descafeinado, las múltiples iniciativas llevadas a cabo por el mandamás azulino han hecho disfrutar a una afición que ya estaba cansada de sinsabores y de engaños de unos dirigentes que ni siquieran sentían la ciudad, los colores del equipo.

Tréllez no quería dar su brazo a torcer, ni tampoco se mordió la lengua. «Esto no es un farol para que la gente me aclame. Me voy porque no quiero engañar a nadie», fue lo primero que dijo.

El presidente volvió a repetir que al principio creyó en el proyecto de constituir «un club grande» pero que se ha encontrado «muchas piedras en el camino».

«El fútbol es dinero. Para hacer un equipo grande hace falta dinero y que las instituciones se vuelquen, y yo sólo me he encontrado problemas. Ahora parece que ha cambiado su actitud, pero no es suficiente. Hace falta una mayor implicación», expuso.

Puso varios ejemplos del escaso apoyo que se ha encontrado. «Cualquier equipo de la categoría, incluso los que estaban luchando por no descender, tenían una aportación de su ayuntamiento de 60.000 euros. Nosotros, por ejemplo, sólo hemos contado con 50.000. Pero no sólo es dinero. He intentado muchas veces reunirme con la Diputación y no me han hecho caso. Hasta para organizar los entrenamientos he tenido dificultades». Incluso, reconoció que levantar la voz le ha «pasado factura» tanto a su «persona» como a sus «empresas».

También se expusieron futuros proyectos, como el de la nueva sede, que ya está en marcha, así como los trámites para crear la marca propia. Pero ayer todo lo que se hablara del club iba a quedar en un segundo plano. Ayer la gente sólo quería oír una cosa de la boca del presidente.

«Me quedo», que fue lo que finalmente dijo después de que se lo pidiera a gritos toda la sala durante casi dos horas. Al final, todos se fueron felices. Tréllez sigue un año más.