El principal acusado de la muerte de Bolaños "cree" que dio la puñalada, pero no está seguro
Actualizado: GuardarLa segunda sesión del juicio por la muerte de Manuel Bolaños, el joven de Medina apuñalado en mayo de 2005 durante una reyerta en la puerta de un pub, se ha celebrado en la mañana de hoy con la declaración de los cuatro acusados, especialmente uno de ellos, Manuel P. R., que es el principal sospechoso de haber asestado la puñalada mortal.
El propio Manuel P. R. ha reconocido que pudo haber "pinchado" al fallecido con su navaja, cuando se defendía de él y de un grupo de Medina que lo atacaba. Pero que no estaba seguro e incluso, que tenía serias dudas. Su versión se asemejaba más a un accidente fortuito que a un asesinato premeditado, como se le acusa a él y al resto de los acusados -jóvenes de 25 años de Alcalá: "Bolaños venía hacia mí y cuando estaba cerca, alguien me golpeó por atrás y caí sobre él; entonces pude haberle pinchado y solté la navaja", relató a las preguntas del fiscal. "Creí que había pinchado a alguien, porque noté el conctacto, pero no estaba seguro". Sus dudas iniciales, en todo caso, se disiparon durante la instrucción: "ahora sé que no fui, porque la herida no se corresponde con mi navaja".
Con el resto de acusados, los abogados insistieron en aclarar si Manuel P. R. lo apuñaló o sólo "creyó" apuñalarlo cuando huyó. Así, uno tras otro, los letrados preguntaron una y otra vez: "¿Manuel dijo que creyó pinchar, o que pinchó?", forzando la memoria de los acusados cinco años después.
El abogado defensor de Manuel P. R. sembró incluso dudas sobre otro de los acusados -Daniel P.- al que también se le encontró una navaja. Pero tanto Daniel como los otros dos acusados relataron que ninguno de los tres estuvo cerca del fallecido cuando recibió la puñalada. Sólo Manuel estuvo cara a cara con el fallecido en ese momento. También negaron haberle dado una paliza a la salida del pub, como le acusan tanto el fiscal, la familia de Bolaños y el Ayuntamiento de Medina (como acusación popular). Es más, se defienden asegurando que, tras una pelea a patadas y puñetazos en el interior del bar, se defendieron en retirada en la calle hasta que llegaron al coche y escaparon.
Esta tarde la vista oral continuará con el testimonio de siete guardias civiles que se encargaron de la investigación de la muerte.