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«Si el libro vuelve a editarse, demandaré a la Fundación»
Actualizado: GuardarJoan Carles Fogo dice que entre el texto original que él mismo remitió a la Fundación Alberti y la edición final del mismo hay un mínimo de 25 modificaciones realizadas sin su consentimiento. «Si vuelven a editar ‘Los espacios habitados’ demandaré a los responsables», señala. Este arquitecto barcelonés, que aceptó abrir la nueva línea editorial de la Fundación Alberti con un recorrido por los lugares esenciales que marcaron la vida del poeta, no da crédito, todavía, a lo ocurrido.
«Han desaparecido del libro, sin mi autorización, los nombres de García Montero, Teresa Sánchez Alberti, Benjamín Prado, Pedro Guerrero, José Monleón, Hilario Jiménez, Almudena Grandes, etc... Incluso una cita completa de García Montero aparece, tras la modificación del archivo, como un texto mío (sin comillas, sin número de nota y sin la nota al final del capítulo)», cuenta Joan Carles en la carta que remitió a María Asunción Mateo el pasado 7 de noviembre de 2009. «Tampoco se incluyeron varias anotaciones enviadas en mis últimas correcciones del texto, entre ellas una petición de texto a incluir por parte de Aitana Alberti, referente a dos dibujos de su madre». Y cierra: «Espero, por su parte, como editora del libro, una solución razonable a esta problemática».
El antecedente Muchnik
«Después de hacer público este asunto, recibí un correo de Mario Muchnik en el que me advertía que esos mismos nombres ya habían sido eliminados de la última edición de ‘La arboleda perdida’», cuenta Fogo, quien también se ha puesto en contacto con García Montero para transmitirle, personalmente, su malestar por la situación.
«Con María Asunción Mateo no he llegado a tener ninguna comunicación, supongo que no quiere hablar conmigo porque no hay explicación válida que aclare el asunto. Así que le he remitido un escrito, a través de un gabinete de abogados especializados en derechos de autor de Barcelona, para asegurarme de que la obra no se reedita en estas condiciones y sin mi permiso».
«Tengo todos los archivos originales guardados, e incluso el intercambio de correos. Puedo demostrar que todo se modificó sin mi consentimiento, pero no me gustaría llegar a más, porque todo esto me parece muy triste».