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El Papa se despide de los miles de sacerdotes con los que ayer concelebró una misa en la plaza del Vaticano. :: AFP
Sociedad

El Papa pide perdón en Roma por los casos de pederastia

Benedicto XVI lamenta que los «pecados» del clero hayan salido a la luz precisamente en el Año Sacerdotal, que clausuró ayer

AGENCIAS
ROMA.Actualizado:

La plaza de San Pedro del Vaticano acogió ayer una singular ceremonia: una misa concelebrada por 15.000 curas llegados a Roma desde todos los rincones del mundo. Benedicto XVI clausuró así el Año Sacerdotal que él mismo promulgó.

Ante un auditorio tan excepcional, el Pontífice volvió a pedir «perdón» a las víctimas por los casos de abusos sexuales por parte de religiosos que, a lo largo de los últimos meses, han salpicado de lleno a la Iglesia católica. Y es que en el transcurso de este último año, se han conocido los abusos de curas pederastas ocurrido durante años en Irlanda, Alemania, Austria, Italia, Holanda y Bélgica. Además, se han conocido nuevos datos de casos ya sabidos en Estados Unidos.

En el transcurso de la homilia, Benedicto XVI prometió «hacer todo lo posible» para que éstos hechos «no vuelvan a suceder jamás». Para lograrlo, la Iglesia se volcará en «examinar la autenticidad de la vocación» a la hora de admitir aspirantes al ministerio sacerdotal, así como «en la formación» que reciben. «Queremos acompañar aún más a los sacerdotes en su camino, para que el Señor los proteja y los custodie en las situaciones dolorosas y en los peligros de la vida», afirmó.

A renglón seguido, destacó el papel de los curas en la comunidad católica. «Dios se vale de un hombre con sus limitaciones para estar, a través de él, presente entre los hombres y actuar en su favor», subrayó. Sin embargo, lamentó el hecho de que «precisamente en este año de alegría» hayan «salido a la luz los pecados de los sacerdotes, sobre todo el abuso a los pequeños. Era de esperar que al 'enemigo' no le gustara que el sacerdocio brillara de nuevo; él hubiera preferido verlo desaparecer, para que al fin Dios fuera arrojado del mundo», dijo.

Agregó que si hubiera convocado el Año Sacerdotal para glorificar los logros humanos de los clérigos, este objetivo «habría sido destruido por estos hechos». Aseguró, sin embargo, que la convocatoria perseguía precisamente lo contrario, en el sentido de «sentirnos agradecidos por el don de Dios, un don que se lleva en 'vasijas de barro', y que una y otra vez, a través de toda la debilidad humana, hace visible su amor en el mundo».

Durante el Año Sacerdotal, inaugurado el 19 de junio del año pasado, el Pontífice ha querido invitar a todos los fieles a reflexionar sobre la importancia que tienen los sacerdotes en la vida y el futuro de la Iglesia. El evento, cuyo lema ha sido 'Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote', se ha inspirado en la figura de Juan María Vianney (1786-1859) por cumplirse el 150 aniversario de su muerte.