La tensión caracteriza el primer aniversario de la reelección del presidente Ahmadineyad
La Policía y las milicias radicales de voluntarios islámicos 'Basij' toman las calles para impedir que se repitan las protestas del año pasado
TEHERÁNActualizado:Intimidado y debilitado el movimiento opositor, Irán conmemora el primer aniversario de la polémica reelección del presidente, Mahmud Ahmadineyad, envuelto en un ambiente de extraña tensión. Teherán y otras grandes ciudades del país han amanecido tomadas por la policía antidisturbios y sobre todo por las milicias radicales de voluntarios islámicos 'Basij', claves en la represión de las cruentas protestas del pasado año. A lomos de pequeñas motocicletas de fabricación china, patrullaban desde últimas horas de anoche distintas partes del centro y el norte de la ciudad.
Fuentes de la oposición han informado de que una serie de enfrentamientos aislados estallaron al caer la noche cerca de la Universidad de Teherán, información que no ha sido ni confirmada ni desmentida por otros medios. Además, se han practicado detenciones de opositores, tanto en la capital como en otras ciudades como Tabriz, al noroeste de Teherán.
El jueves, el Gobernador de la capital, Morteza Tamadon, ya había advertido de que la oposición no contaba con autorización para manifestarse. La Policía, por su parte, había alertado días antes de que se emplearía con dureza para evitar cualquier concentración que no hubiera sido autorizada.
Ante esta tesitura, los principales líderes del movimiento de oposición reformista, Mir Husein Musaví y Mehdi Karrubí, anularon el jueves la convocatoria, decisión que parece haber minado su capacidad de liderazgo.
Sentimiento de frustración
Farah M., un joven informático que pide no ser identificado por razones de seguridad, fue uno de los cientos de miles de iraníes que el pasado año salió a las calles de la capital para protestar contra lo que la oposición denunció como un fraude masivo". En la violenta represión de aquellas protestas murieron cerca de setenta personas -según cifras de la oposición, una treintena de acuerdo con fuentes oficiales- y miles más fueron arrestadas, entre ellas algunos de sus compañeros. Desde entonces, alrededor de un centenar han sido condenadas a diversas penas de cárcel e incluso a la horca acusadas de participar en una presunta conspiración urdida desde el exterior para derrocar el régimen.
Un año después, Farah M. explica que pese a que sus ideas no han cambiado, no tiene ánimo para arriesgarse "mientras los presuntos líderes se quedan en casa". "Parece que olvidan que hay compañeros en prisión que merecen que la lucha siga adelante", se queja. Un sentimiento de frustración que cuaja entre la población al tiempo que, paradójicamente, el descontento con el actual Gobierno y el régimen parece haber arraigado e incluso parece haberse ampliado.
"El movimiento verde es más un estado de ánimo, un espíritu que ha calado, que un movimiento articulado en sí mismo", apunta un profesor de universidad que igualmente prefiere no ser identificado. "Está ahí, es fuerte, pero necesita líderes que lo empujen, que lo dinamicen y estructuren frente al gran poder que tiene el régimen, que en pocos meses ha logrado anular la movilización", agrega.
Rugir de balcones y tejados
Durante las últimas semanas, tanto la Guardia Revolucionaria como la Policía iraní han recordado a la población que no estaban dispuestos a permitir que se repitieran los acontecimientos del pasado año. Artículos y avisos en el periódico, e incluso mensajes de texto enviados a los teléfonos móviles alertaban de que no saliera a protestar a las calles. Sólo el rugir de balcones y tejados, en los que desde hace tres días resuena de nuevo el grito "Alahu Akbar", del que la oposición se apropió al inicio de las protestas, recuerda los agitados días del pasado año. "Creo que a partir de ahora va ser más difícil para Karrubí y Musaví convencer a la gente de que pueden liderar el cambio. Eso no quiere decir que el sentimiento no permanezca y pueda rebrotar", agrega el docente universitario.
Tanto el ex primer ministro como el ex presidente del Parlamento han tratado en las últimas horas de enviar un nuevo mensaje a sus seguidores. En un comunicado difundido por Internet, Musaví ha afirmado que la falta de movilizaciones callejeras no significa que el movimiento opositor haya desaparecido y ha instado a sus seguidores a proseguir con la lucha por otros medios. El ex candidato ha recomentado buscar otros métodos que eviten el riesgo de la confrontación directa, como la movilización a través de Internet y las redes sociales, ya que el mientras el movimiento siga vivo los actuales dirigentes se sentirán incómodos. Karrubí, por su parte, ha recordado el proceso electoral del 12 de junio de 2009 y se ha preguntado si Irán es aún una república.