Imagen del navío 'Kemal Ka' (a la izquierda) desde la Alameda, donde puede verse fondeado a cuatro millas. :: FRANCIS JIMÉNEZ
Ciudadanos

Un accidente en un barco turco deja un muerto y dos heridos a 13 millas de la costa de Chipiona

Los primeros indicios apuntan a una intoxicación de gas y en principio se descarta una posible una explosión a bordo del petrolero

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La investigación sobre el accidente que le costó ayer la vida a un contramaestre turco e hirió de gravedad a otros dos marineros apuesta por la hipótesis de la fuga de gas frente a la explosión. Esta última teoría se sustentaba en una serie de llamadas de vecinos de Chipiona, Trebujena y Jerez que alertaron a la Guardia Civil sobre un gran estruendo que habían podido escuchar en torno a las dos de la tarde. Todos los avisos coincidían en la hora y el motivo, lo que puso en marcha a los efectivos.

Casi al mismo tiempo, el servicio de Salvamento Marítimo recibía la alerta de socorro de un petrolero, de nombre 'Kemal Ka', de bandera turca, que se encontraba a 13 millas de Salmedina, cerca de Chipiona, ya en aguas internacionales. Hasta allí se desplazaron en el helicóptero Helimer 209 para auxiliar a los tres heridos, todos en estado grave. Por los datos que había dado la tripulación del buque empezaron a sospechar que se trataba de una explosión, pero al llegar no encontraron destrozos ni nada que pudiera explicar tal causa, según informaron a este medio efectivos que colaboraron en el rescate.

El propio capitán les aclaró que se trataba de una intoxicación de gas que había dejado inconscientes al contramaestre y al primer oficial, mientras que otro marinero, que se encontraba cerca de la bodega, sufría también los efectos de la inhalación.

Dado el estado de los afectados, fueron trasladados rápidamente al hospital de Jerez, donde el responsable del buque no llegó a ingresar con vida. Los otros dos, aún graves, fueron llevados a la UCI. Allí consiguieron estabilizarlos, tal como pudieron confirmar fuentes del centro.

Rumbo a la capital

A la espera de nuevas órdenes del armador y de que se envíen refuerzos para completar la tripulación, los marineros pusieron rumbo al fondeadero II del Puerto de Cádiz, que se puede observar desde la Alameda. Allí seguirá, con el permiso de Capitanía y de la Autoridad Portuaria, a unas cuatro millas de la costa gaditana -algo más de siete kilómetros-, hasta que se aclaren las causas del accidente.

Los que han podido acercarse al buque aseguraron que no tiene señales de quemaduras ni destrozos. Se encuentra en perfecto estado y, aparentemente, cumple las normativas de seguridad en su estado de conservación y de estructura. Precisamente, la consignataria del barco en la capital aseguró que se trata de un petrolero nuevo, de apenas dos años, con doble fondo y autorizado para comerciar en los puntos de atraque europeos.

Cargado de aceite de girasol

Al parecer, el barco se dirigía hacia el Estrecho después de haber pasado por Huelva para dejar un cargamento de aceite de girasol crudo, por lo que volvía de vacío. Por eso mismo, Salvamento Marítimo apunta a una posible mezcla tóxica de mercancías en la bodega. Pero el responsable de la consignataria, Emilio Medina, consideró improbable tal afirmación. Tal como explicó, «resulta complicado que la mezcla de productos pueda producir esos efectos, ya que las normativas obligan a que se transporten cargas compatibles entre sí». «Los empresarios turcos suelen cumplir las órdenes, porque uno de sus principales mercados es el europeo», insistió.

Otra posibilidad es la falta de limpieza en los tanques. Precisamente, los efectivos de rescate encontraron al contramaestre desmayado en la bodega y a los otros dos un poco más alejados. «Puede ser que hubieran quedado restos de otros productos, pero insisto en que se hace mucho control de las cargas, especialmente para sustancias que puedan resultar contaminantes» aclaró Medina.

Las autoridades avisaron ayer al juez, lo que permitirá seguir hoy con la investigación. Mientras tanto, el navío sigue fondeado a pocas millas de Cádiz a la espera de nuevas órdenes.