Transporte público no apto para minusválidos
Francisco Flor, que padece una enfermedad degenerativa desde los 17 años, vive una «odisea» cada vez que viaja a Cádiz Los usuarios de sillas de ruedas se quejan de los problemas que sufren a la hora de coger el autobús
Actualizado:Lo que para uno es un incordio o una pérdida de tiempo, para otro es la única forma que tienen de integrarse en la sociedad. Francisco Javier Flor tiene ahora 24 años y sufre, desde los 17, Ataxia de Friedrich, una enfermedad degenerativa que afecta a la movilidad, por ello no tiene otra manera de desplazarse que no sea gracias a su silla de ruedas. El problema surge cuando quiere recorrer distancias mayores y, sobre todo, cuando quiere coger un autobús de San Fernando a Cádiz. «La parte adaptada siempre la alejan de la acera y como la rampa nunca funciona, el esfuerzo para montarme en el autobús es tan grande que la respuesta siempre es la misma: que espere al siguiente».
El dilema reside en que no todos los autobuses están adaptados y, mientras uno espera que llegue el suyo pasa uno sí y otro no, de modo que la espera se hace eterna, media hora en días laborables y hasta una hora en los fines de semana. «Por ello siempre me voy con más de una hora de antelación a la parada para poder llegar a tiempo a una cita, aunque casi nunca lo consigo».
Francisco lleva tres años en el Centro de Recuperación de Minusválidos Físicos de San Fernando pero se traslada continuamente a Cádiz, ya sea por necesidad médica o por querer compartir un rato de ocio con los amigos que tiene allí. «Hay cosas difíciles de comprender porque un día me fui con tres amigos más en sillas de ruedas y un autobús nos llevó sin problemas pero, a la vuelta, otro conductor nos dijo que cuatro sillas no cabían. Y sin atender nuestras explicaciones nos dejó allí a la espera de que llegara un nuevo autobús».
Al igual que él son muchas las personas que se encuentran en esta situación, al contar San Fernando con uno de los centros de Recuperación de Minusválidos Físicos.