Ciudadanos

Hallan en el río Guadalete el cuerpo de un hombre que se escapó de un psiquiátrico

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Eran alrededor de las doce del mediodía de ayer cuando se produjo el macabro hallazgo. Un vecino de La Corta descubrió lo que parecía ser un cuerpo humano flotando boca abajo en mitad del río Guadalete, a la altura del cortijo Río Viejo, e inmediatamente avisó a la Policía Local. Ésta, a su vez, alertó a los agentes de la Nacional que al momento se personaron en el lugar de los hechos para comprobar que, efectivamente, se trataba del cadáver de un hombre que en el momento de su muerte vestía pantalones vaqueros y una camiseta a rayas.

Para sacarlo de las aguas, los funcionarios tuvieron que llamar al Parque de Bomberos de Jerez, que envió cinco efectivos que contribuyeron a completar el operativo de rescate llevando el cuerpo hasta la orilla en una barca zódiac. Una vez que se recuperaron los restos, el juez llegó para el levantamiento y entonces se pudo identificar plenamente al finado. Como confirmaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, la persona hallada resultó ser Miguel S. M, nacido en 1969 e interno del centro psiquiátrico Casa Hogar Cartuja.

Voz de alarma

Según las mismas fuentes, un trabajador social de la institución denunció recientemente la desaparición de Miguel, que salió del recinto el pasado día 3 y no volvieron a saber de su paradero. El profesional mostró entonces su preocupación por que el paciente estaba sometido a un tratamiento médico y cualquier contratiempo podría repercutir en su estado de salud. Ayer, cinco días después de su desaparición fue hallado en el Guadalete, a apenas un kilómetro y medio de donde residía.

Todo apunta, como certificaron desde Subdelegación, a que el cadáver llevaba varios días flotando en el río. En cuanto a las causas de la muerte, en la tarde de ayer estaba previsto que se le realizara la autopsia para determinar lo ocurrido. La Policía descarta que sea víctima de una muerte violenta, ya que el cadáver no presenta indicios que lleven en esa dirección. Lo más probable, a falta de que se hagan públicas las conclusiones del forense, es que el fallecido fuera víctima de un accidente fortuito o le sobreviniera algún problema de salud y ello le hiciera caer al río, donde desafortunadamente encontró la muerte.