Museos con nombre propio
MADRID. Actualizado: GuardarTras la Segunda Gran Guerra, en un momento en que las pinacotecas y galerías intentaban recomponer sus colecciones, evacuadas en muchos de los casos, nació una nueva forma de exhibición, las retrospectivas, que se limitan a mostrar las obras de un solo pintor desde un punto de vista cronológico.
Este modo de ensalzar al artista como genio tiene un motivo importante en la venta que muchos herederos tuvieron que hacer de su patrimonio enfrentarse al impuesto de sucesiones, de modo que el legado de muchos autores quedó 'desmembrado'. Para que esto no ocurriese, en Francia se creó una nueva forma jurídica que aún hoy se sigue usando en tiempos de crisis, la «dación». Este pago en especias permitía saldar el cobro del impuesto de sucesiones mediante la entrega de obras de arte.
Así, cuando, entre otros, los herederos de Picasso se acogieron a la nueva ley, el Estado francés optó por abrir un museo dedicado al pintor en el barrio de Le Marais, en París, para exponer toda la obra adquirida, que como se puede ver, no expone sus cuadros más famosos, pero sirve como un excelente reclamo turístico. De hecho, esa contrapartida fue la que hizo que comenzasen a proliferar este tipo de museos con nombre propio para los que vale como excusa que el artista naciera, trabajara o muriera allí, entre otras, y no tanto que tengan gran parte de la obra, menos aún la más importante.