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La Sección Octava de la Audiencia Provincial acogió la primera sesión del juicio. :: cristóbal
Jerez

Los implicados en la trama del club de Villamartín se declaran culpables

De los diez imputados, seis reconocieron ayer que vendían droga en el negocio y otros dos que cometieron un delito de prostitución

A. DOÑA
JEREZ.Actualizado:

La primera sesión del juicio por la trama del club La Noche, en Villamartín, resultó mucho más corta de lo esperado. Aunque en un primer momento se vivió cierta incertidumbre por las alegaciones de una de las defensas de los diez imputados, que solicitaba la nulidad de las escuchas telefónicas, una vez que la jueza deliberó y rechazó la petición todo se desarrolló de una manera rápida y especialmente concisa. La razón es que ocho de los diez procesados se mostraron conformes con los delitos de los que se les acusa, por lo que prácticamente no declararon nada durante toda la jornada, salvo ese «estoy conforme con los hechos».

Los dos primeros en salir a la palestra fueron el dueño y el encargado del negocio, Diego G. V. y Manuel M. B, respectivamente, que reconocieron con una escueta respuesta que en La Noche efectivamente se ejercía la prostitución. El primero de ellos, sin embargo, fue más concreto en algún punto relativo a la venta de droga dentro del recinto. Así, aseguró que en su declaración inicial ante la Guardia Civil señaló a Lina G. R, una trabajadora del club y la única mujer imputada en la causa, como la dueña de la cocaína que encontraron los agentes durante la redada, debido a las presiones de éstos.

«Yo dije que creía que la droga era de ella porque estaba en su taquilla-apuntó-. Además, la Guardia Civil me dijo que si no era de ella, entonces tendría que ser mía». Los seis siguientes imputados: Miguel R. G; Juan S. V; Jesús María J. R; Juan Jesús S. G; Joaquín R. M. y Ernesto J. C, acusados todos ellos de un presunto delito contra la salud pública, también mostraron su conformidad con los hechos por los que se les juzga como supuestos suministradores de los estupefacientes que se consumían en el local.

Acuerdo con la Fiscalía

El que la mayoría de los procesados haya reconocido su implicación no es fruto de la casualidad. La propia jueza aludió a la existencia de un acuerdo entre el fiscal y los representantes legales de estas ocho personas, cuyos términos podrán conocerse cuando culmine el juicio.

La nota discordante, no obstante, la pusieron los dos últimos en prestar declaración, que no se reconocieron autores de los hechos. A ellos también se les imputa un presunto delito contra la salud pública, y fue Lina G. R. la primera en proclamar su inocencia. La joven sí confesó que trabajaba en La Noche ejerciendo la prostitución, pero negó categóricamente que hubiera vendido droga a los clientes.

«Ellos me invitaban a mí y otras veces al revés -explicó-. Yo los invitaba porque los conocía y no les cobraba por ello». De esta forma, la acusada reconoció que era consumidora habitual de sustancias estupefacientes pero afirmó que, en contra de lo que relatara en su primera declaración, cobraba únicamente por el servicio de meretriz y no por la mercancía.

En lo que respecta a la cocaína hallada en la que se identificó como su taquilla, la joven desmintió que tuviera una taquilla personal en el club y, por tanto, dijo que lo incautado no era de su propiedad. Sí aportó detalles, en cambio, de su trabajo dentro del negocio, como el hecho de que pagaba 40 euros al día por vivir en el edificio.

El último de los comparecientes, Diego S. L, para el que la Fiscalía pide una pena mayor como reincidente, también negó relación alguna con lo ocurrido a pesar de que se le considera el cabecilla de la presunta red de narcotráfico y es alguien que según el fiscal tiene como actividad habitual la venta de estupefacientes. Este acusado subrayó que había vendido droga pero hacía muchos años, en los 80, y desde entonces se había dedicado a realizar chapuzas de albañilería. Ante la pregunta del fiscal de para qué contaba con un escáner localizador de la frecuencia de la Policía, el imputado aseguró que lo compró «para escuchar a la gente», sin ninguna otra intención.

Tras la comparecencia del banquillo de los acusados al completo, el próximo lunes se producirá la segunda sesión de la vista, centrada en los testigos y las intervenciones policiales.