'Barones' socialistas empujan a Zapatero a cambiar de Gobierno para ganar credibilidad
El presidente extremeño cree que España tiene un problema de imagen y pide analizar las capacidades de los ministros
Actualizado:Si el PSOE está nervioso, los 'barones', que en menos de un año se enfrentan a elecciones, más. El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, puso ayer voz a un lamento que resuena desde hace tiempo entre sus pares. «Parece que España tiene un problema de credibilidad en el exterior; hace falta gente que cuando diga una cosa fuera, se le crea. Y lo que hay que analizar es si algunos de los miembros del Gobierno en estos momentos tiene esa cualidad o esa capacidad», comentó. Un sutil modo de dejar caer que ha llegado la hora de hacer una remodelación del Gobierno.
No es la primera vez que un dirigente territorial se lanza a hacer una reflexión de este tipo en público. El pasado febrero, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, también abogó -de manera más directa y sin tapujos- por acometer un cambio «importante» en el Ejecutivo. Incluso fue más allá y recomendó a José Luis Rodríguez Zapatero que suprimiera ministerios, una medida que los oficialistas del PSOE siempre han desechado por económicamente nimia. La diferencia es que, entonces, la dirección del partido llamó a capítulo al gobernante castellano-manchego. Y con Fernández Vara, en cambio, se ha sido más suave.
La secretaria de Organización socialista, Leire Pajín, optó por pasar por alto buena parte de lo dicho en Onda Cero por el dirigente extremeño, a quien incluso calificó de «compañero absolutamente ejemplar». «Lo he escuchado y ha sido impecable -alegó-; ha dicho que esa potestad corresponde al presidente del Gobierno». También sacó la cara por él el portavoz parlamentario socialista, José Antonio Alonso: «Le honra el decir que José Luis Rodríguez Zapatero está trabajando durísimamente por su país y que eso es lo que importa». Es un síntoma de que el ambiente ha cambiado.
Cuando Barreda se lanzó, en Punto Radio, a proponer una crisis gubernamental, Zapatero acababa de estrenar la presidencia de turno de la UE y en sus filas trataban de zanjar, de una vez por todas, el debate, desestabilizador para el partido, de si ésta será su última legislatura. Costó lo suyo. De hecho, y pese a que dirigentes del peso de José Blanco insisten en que el actual secretario general del PSOE será de nuevo candidato en 2012, aún son muchos los socialistas que expresan dudas acerca de su continuidad. El caso es que en aquel momento, con cinco meses de semestre español por delante, el Gobierno no se podía permitir esos mensajes.
Ahora quedan poco más de veinte días para que Zapatero se libere de una responsabilidad que muchos ven ya como una carga y tendrá las manos sueltas para mover fichas. Si es que quiere. Desde el primer día de la legislatura se dijo que en julio de 2010 cambiaría sus caballos, pero lo cierto es que nadie contaba con que la entonces incipiente crisis económica se llevara por delante, en menos de un año, a buena parte de su primer Gobierno en la remodelación del 4 de abril de 2009.
Lo que pasa por la mente del presidente es algo que no se atreven a decir ni sus colaboradores más próximos. Hasta hace poco defendía que cambiar ministros sería contraproducente. Aducía que los nuevos tardarían varios meses en hacerse con las riendas de sus carteras en un momento en que el tiempo es precioso. Pero también se negaba a acometer un ajuste «drástico» del déficit. Ha llovido mucho.
Economía en la picota
Entre los socialistas es común la queja de que hace falta un Ejecutivo con mayor peso político. Nada nuevo. El actual tiene muchos más políticos y muchos menos técnicos que el anterior -José Blanco, Trinidad Jiménez, Alfredo Pérez Rubalcaba, Carme Chacón, Manuel Chaves, Bibiana Aído y Celestino Corbacho son hombres y mujeres del partido-, pero se oyen los mismos lamentos de siempre: que, salvo excepciones, se arropa poco a Zapatero. En todo caso, el comentario de Fernández Vara apunta claro. Son muy pocos los ministros que tengan que hablar en el exterior y decir cosas creíbles. La principal, la vicepresidenta segunda, Elena Salgado.
El resquemor de los territorios con Economía desde se limitó drásticamente el endeudamiento de los ayuntamientos sin consultar ni informar antes es palpable.