TEJIDO INDUSTRIAL DE LA BAHÍA LOS EFECTOS DE LA CRISIS

De un pasado prometedor, a un futuro incierto

En sus 25 años de vida laboral han sido partícipes de la reconversión naval, de las del motor y de la aeronáutica Tres compañeros de la promoción del 84 de Astilleros repasan la actividad industrial

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hace 25 años entrar en Astilleros era cosa de familia. El 90 por ciento de los padres de los aprendices trabajaban allí. «Métete aquí que esto es para toda la vida, me decía mi padre». Medio siglo después, aquella promoción de becarios que compartieron formación en la escuela de aprendices, echa la vista atrás y mira al futuro con incertidumbre. Los continuos cambios en las industrias de Cádiz, acentuados con la crisis económica, han hecho que aquello que una vez fue «seguro para toda la vida» ahora esté en permanente duda.

Ellos marcaron un antes y un después en la historia de Astilleros. Desde el principio tuvieron mala suerte, porque fue la primera vez en toda la vida de la empresa naval que no hubo examen de acceso, así que, con los catorce recién cumplidos, tuvieron que esperar otro año más para poder entrar. Con 15 pasaron a formar parte de la escuela de aprendices en Puerto Real, y una vez más, cosas del destino, vieron cómo cambiaban lo que hasta ahora había sido rutina. La escuela pasaba de tres a cinco años de formación, y exigía pasar todos los años sin suspenso.

Profesiones sin ejercer

Pedro Miguel Sánchez Marmolejo, José Falla Lamadrid, Manuel Marín Jurado y sus catorce compañeros de promoción acabaron sus estudios como 'ajustador' 'presador' o 'tornero', profesiones hoy en desuso, que ni llegaron a ejercer.

Normalmente los nuevos becarios se incorporaban al trabajo en el mes de octubre, a ellos les tocaba hacerlo en 1984. Un momento difícil, ya que la empresa estaba en plena reconversión. De hecho, tres meses después anunciaban tener excedentes de trabajadores. «Se olvidaron absolutamente de nosotros», cuenta Manuel Marín. Así que no les quedó otra que luchar. «Nos pasábamos la vida en el comité, desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, para que nos vieran y supieran que estábamos allí». «No te puedes ni imaginar la que formamos para ser unos pibes», apunta Marín.

Una sentencia emitida poco después les daba la razón, y obligaba a Astilleros a admitirlos y a pagarles las nóminas con carácter retroactivo. No duraron mucho. «Entramos por una puerta y salimos por otra, ya que nada más llegar nos dieron el finiquito y nos trasladaron a los Fondos de Promoción de Empleo, para formar y recolocar a los trabajadores». Estos fondos siguen hoy día vigentes en la barriada de La Paz, volviendo a formar en nuevas especialidades a parados para facilitar su acceso al mercado laboral. Tampoco les cundió, ya que al cumplir los 20 años, la mili sí que les llamó.

Fue sin duda el comienzo de sus caminos por separado, camino que les ha llevado a trabajar en diversas empresas de la Bahía como Airbus, Tabacaleras o la antigua General Motors, también conocida como Delphi, circunstancia que les ha hecho ser testigos de la actividad industrial y de los cambios, precedidos siempre de rumores. Unos rumores que en 1987 anticipaban puestos de trabajo, pero que en 2007 adelantaban una de los peores momentos vividos en la industria gaditana. «Cuando veo las fotos de las manifestaciones en contra del cierre de Delphi aún se me saltan las lágrimas», relata José Falla. «No sólo son trabajadores, son familias enteras las que se vieron implicadas».

Para José uno de los principales problemas son «las 'pateras-universidades' porque las empresas han encontrado un fondo de gente preparada a bajo coste. Se aprovechan de las ganas de trabajar y hacer carrera por salarios de menos de 600 euros. Nosotros no nos lo podemos permitir».

Los argumentos que utilizan las empresas para cerrar o abrir expedientes de regulación, como el absentismo laboral o la baja productividad «son solo parte de un estereotipo que se malinterpreta», a lo que Pedro Sánchez añade que «aquí se considera absentismo laboral si estás de vacaciones, si pides un permiso porque tienes a tu madre enferma o si libras entre semana después de haber trabajado un domingo. Es la estrategia de las empresas para desprestigiar a los trabajadores».

A diferencia de sus compañeros, para Sánchez el futuro pasar por defender un modelo productivo «que sea capaz de mantener a las empresas matrices, las subcontratas y la industria auxiliar. Con la eliminación de las empresas matrices, a corto-medio plazo te cargas el sector, al menos el aeronáutico». Defiende la potenciación de la I+D «pues esto es lo que da el empleo de calidad y su mantenimiento».