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Los tres españoles de la 'flotilla' critican la pasividad del Gobierno
Los activistas aseguran que denunciarán al Estado de Israel por piratería, «y por todo lo que podamos», para acabar con su «impunidad»
BARCELONA. Actualizado: GuardarEl periodista David Segarra, la cámara Laura Arau y el activista Manuel Tapial, representantes de la ONG Cultura y Paz y miembros de la tripulación del ya tristemente conocido 'Mavi Marmara', el barco de bandera turca de la 'flotilla de la libertad' que fue atacado por tropas de Israel y en el que murieron diez personas, ya están en casa. Los tres pacifistas llegaron hacia las 17.30 horas de ayer al aeropuerto barcelonés de El Prat, donde fueron recibidos por un centenar de amigos y familiares al grito de «Viva Palestina» y «todos somos Gaza». Entre aplausos, llantos y banderas palestinas, los activistas explicaron que se encuentran «bien», «enteros» y con «muchas ganas» de volver a emprender proyectos sobre la causa palestina. «Hemos perdido a diez hermanos, pero los llevaremos con nosotros y tenemos ganas de ver si en dos, tres, cuatro o cinco meses podemos sacar otro barco», afirmó el madrileño Tapial.
Este joven señaló, además, que tienen previsto «emprender acciones legales contra Israel por piratería y todo lo que podamos para acabar con su impunidad». «Para nosotros Israel es un Estado terrorista y lucharemos para llevarlos a los tribunales», dijo la catalana Laura Arau. «Quisiera hacer una denuncia sobre el papel de la Armada israelí», añadió Segarra. «Una de las personas muertas era periodista. Fue asesinada de un tiro en la frente por el único delito de tener una cámara en sus manos», apuntó.
El periodista valenciano relató que los 40 miembros de la prensa internacional fueron apuntados con escopetas con punto de mira láser y su material periodístico ha desaparecido. «Fuimos secuestrados en aguas internacionales», dijo. «Ha sido un ataque contra 50 naciones en nuestro Mediterráneo. Han tratado de silenciarnos y no han podido. La sangre de estas diez personas no ha sido en vano. El bloqueo en Gaza tiene los días contados y la paz en Palestina está más cerca», se animó.
Además, cargaron las tintas contra la ONU y el Ejecutivo español por no hacerles caso cuando advirtieron de que les podía pasar algo. «Pediremos al Gobierno que todos nuestros enseres y cámaras de vídeo y fotos los podamos recuperar, así como que las víctimas puedan ser compensadas», dijo Tapial. «Mientras estábamos en la flotilla hicimos un llamamiento de que iba a ocurrir una masacre. Pedimos a políticos españoles que mediasen. Pedimos a la ONU que vigilara nuestros barcos y nos consta que no se hizo ningún tipo de mediación. Ha ocurrido una tragedia y ya veremos si puede haber algún tipo de imputación jurídica por omisión del derecho de socorro», alertó Tapial. «En este conflicto, el Gobierno español ha hecho más bien poco», denunció Arau.
Fue precisamente ese momento que ellos ya sabían que ocurriría, el del asalto, el que no podrán olvidar jamás. «El peor momento que he vivido fue cuando estábamos esposados en el barco, completamente rodeados de soldados. Veíamos a los musulmanes de rodillas, mientras que el resto estábamos sentados», explicó Tapial. «Eso nos indicó, continuó con su relato, un grado de racismo que no sé cómo definir pero me resultó insoportable».
Mezquino
«A todos nos unía el objetivo de romper el embargo. Si se intenta asociarnos a que apoyábamos a Hamás es completamente mezquino y sin ningún tipo de fundamento», aclaró el activista para salir de las posibles especulaciones. Segarra terció: «Los hechos son 10 asesinados y 50 heridos de balas, a quemarropa. Cualquier otra interpretación es propaganda». Respecto a la comparación que hizo el embajador israelí en Madrid entre los diez fallecidos y los muertos por accidentes de tráfico, Segarra fue tajante: «¡Que lo expulsen inmediatamente de la UE!».
Tapial, pareja sentimental de Arau, recordó asimismo los interrogatorios a los que fueron sometidos. «No sé si fue el Mosad o quién, pero sólo nos preguntaban quién nos había pagado. La gente en Israel no entiende que nos podamos mover por motivos solidarios o altruistas», exclamó.
La 'flotilla' de la que formaban parte integraba un convoy de ayuda humanitaria que se dirigía a Gaza y fue interceptada en aguas internacionales por la armada israelí. Los tres fueron detenidos, junto con otros 500 activistas, y fueron expulsados de Israel.