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Rafa Benítez ya forma parte de la historia del Liverpool. :: EFE
LA PRÓRROGA

Adiós del Liverpool a Rafa Benítez

Los gestores provisionales del club británico decidieron ayer su destitución

íñigo Gurruchaga
Liverpool Actualizado:

Era la temporada en la que tenía que mostrarse que Rafa Benítez era capaz de montar un equipo para retar la supremacía del Chelsea o del Manchester United. Los precedentes así lo sugerían. Hay que olvidar lo que ocurrió en la final de la 'Champions' en Estambul, la otra final europea, la victoria en la Copa de la Liga en Cardiff. La esperanza se basaba en otra cosa.

Lo que había dado alas al sueño de las gradas en Anfield fue el final de la pasada temporada, el mejor Liverpool que habían conocido desde hace años. Con Reina como uno de los mejores porteros de la 'Premier' y con una defensa más rápida e igual de estable que la que heredó, Benítez había encontrado al fin una trama para un equipo que sabía a qué jugaba.

Xabi Alonso y Mascherano se habían convertido en una pareja con aspiración clásica. Tenían la complementariedad y el estilo de un dúo para recordar. Por las bandas no había excesiva calidad con Kuyt y Riera, pero se trabajaba.

Y atacando por el centro Torres y Gerrard. Cuando Benítez llegó a Liverpool procedente de Valencia, Gerrard vivía una crisis existencial. Le tentaban otros equipos -el Chelsea de Mourinho en particular- y él amagó con irse para levantar trofeos porque su equipo de siempre parecía condenado a no lograrlos. Llegó el entrenador madrileño y lo puso en la banda derecha.

El capitán, el mejor del equipo, quería un lugar en la sala de operaciones, junto a Alonso, y el nuevo míster le pedía carreras por la banda y diagonales al área. Poco a poco, y tras la remontada épica y cómica en la final de Estambul, Gerrard se conformó. Pero la llegada de Torres lo cambió todo. Podía jugar en el centro, pero conectando con Alonso y con Torres, el nuevo delantero centro de calidad internacional. Gerrard ha llegado a sonreír.

Comienzan los problemas

Ese equipo fue el mejor Liverpool desde que se descompuso el triunfante de la década de los ochenta, el que entrenó Dalglish. Sobre esa nueva escuadra, que quedó en la segunda posición de la 'Premier' el pasado año y que apretó hasta el final de la temporada en busca de cada punto, colgaba sin embargo una inquietud: ¿por qué quiso el entrenador librarse de Xabi Alonso el pasado verano?

El nuevo Liverpool de este año ya no tenía relojero ni dictado. El desorden lo arrastró por los meses de invierno y un equipo que había perdido claramente su confianza en el entrenador, acabó perdido, horrible, séptimo.

Era un lugar en la tabla que añadía dificultades económicas a la grave crisis financiera arrojada sobre Anfield por los propietarios americanos que lo compraron con una deuda que cargaron al club. Ahora lo quieren vender y los gestores provisionales decidieron ayer despedirse de Benítez, que se va de Liverpool como un entrenador querido aunque perdió el norte, y que dejó el recuerdo imborrable de Estambul.