La mitad de las empresas trasladará la subida del IVA a sus precios
Sólo el 24,4% está dispuesto a que todo el impacto del incremento fiscal se traduzca en una merma de sus ganancias
MADRID.Actualizado:Los consumidores y las empresas encaran con resignación la inminente subida del IVA, que el 1 de julio elevará los tipos general y reducido de este impuesto del 16% al 18% y del 7% al 8%, respectivamente. Pero mientras los compradores no tienen otra opción que encogerse de hombros y aceptar que todo costará más a partir de esa fecha, muchos empresarios no están dispuestos a asumir recortes en sus márgenes de beneficio.
La mitad de las empresas (48,8%) admite que trasladará todo el incremento fiscal a los precios de sus bienes o servicios. Otro 26,8% lo hará en parte, y sólo el 24,4% está dispuesto a que el impacto en su totalidad se traduzca en una merma de sus ganancias.
Son datos de una encuesta realizada por las Cámaras de Comercio a 5.148 empresas de todos los sectores, tamaños y comunidades autónomas, que refleja las actitudes y reacciones que suscita entre el sector privado la próxima subida de gravámenes del IVA. El estudio detalla que, de entrada, el 92% de las empresas es contrario al aumento del principal impuesto que penaliza el consumo, y sólo el 7,6% está a favor.
No obstante, el 62% de los empresarios que rechaza esta medida estaría dispuesto a apoyarla si el Gobierno pusiera en marcha al mismo tiempo una rebaja proporcional en las cotizaciones sociales, una vieja petición de la patronal que el Ejecutivo se niega a conceder. El 38,3% restante afirma que ni con esas daría por bueno el incremento proyectado para el arranque del mes que viene.
Las empresas, en su mayoría, también se muestran escépticas respecto de los esperados efectos positivos de la subida del IVA sobre el consumo. El 50,6% no cree que los ciudadanos estén adelantando al primer semestre del año sus decisiones de compra para eludir el pago de mayores tributos, y pronostica que el consumo caerá en el conjunto de 2010 como consecuencia del incremento fiscal. Por el contrario, el 27,9% sí opina que se están adelantando compras -algo que podría estar ocurriendo en el caso de determinados bienes como inmuebles y automóviles- y limita al segundo semestre su previsión de un desplome del consumo. El 22% restante es más optimista y considera que el consumo no se verá afectado en todo el ejercicio.
Hostelería
Por sectores económicos, la hostelería es el que se muestra más dispuesto a absorber la subida del IVA mediante una reducción de sus márgenes de negocio. El 40% de las empresas de ese sector admite que tendrá que resignarse y asumirla. Tal vez por eso, el 97% de las compañías de hostelería y turismo se muestra contrario al incremento. Una vez más, el porcentaje se reduciría al 72,6% a cambio de una reducción proporcional en las cotizaciones sociales.
En la industria, la construcción (el sector más reacio al aumento de los gravámenes), el comercio y otros servicios, en torno a la mitad de las empresas asegura que subirá sus precios en la misma medida en que suba el IVA. Comercio, hostelería y construcción son, además, los sectores que menos esperanzas depositan en un eventual adelantamiento de las decisiones de compra y creen que el consumo caerá en el conjunto del año.
La oposición a la subida del IVA es general e independiente del tamaño de las empresas, pero especialmente significativa entre las de menor dimensión. Las que cuentan con una plantilla de entre 10 y 49 empleados son las que están más dispuestas a repercutir el incremento sobre sus precios.
En lo referente a los efectos sobre el consumo, más del 50% de las compañías de entre 1 y 9 empleados prevé una caída y no cuenta con un adelanto de las compras. En el caso de las de mayor tamaño (250 empleados o más), el 40% espera una reducción del consumo durante el segundo semestre y prevé un adelanto de las compras.
Las compañías más pequeñas, de menos de 50 empleados, son más favorables a que suba el IVA si a cambio se reducen en la misma proporción las cuotas que pagan a la Seguridad Social. Las empresas de entre 50 y 249 empleados son las que se muestran más reacias al cambio que se avecina.