DIGA 33
Actualizado: GuardarEn tiempos fue el número cabalístico de todos los médicos de cabecera. Nunca supimos a qué se debía la preferencia por el guarismo, pero menos podíamos explicarnos otras cosas, como por ejemplo que los mayores se llevaran tan mal y que los jóvenes cantaran tan fuerte unos himnos estimulantes y contrapuestos. Ahora los médicos no exigen más cifra que la del número de la Seguridad Social. Que sea por muchos años, porque también eso puede acabarse de un momento a otro. El Gobierno equilibrista ha perdido la esperanza de lograr un acuerdo entre los sindicatos y la patronal. De las arduas discusiones no está saliendo la luz, pero siguen echando chispas. Mal asunto: donde no hay marinero no puede mandar patrón y donde no hay intermediarios sobran los capataces. ¿Cómo van a obedecerles quienes están en vísperas de ser despedidos? Parece que todo está preparado para que el presidente, señor Zapatero, firme, seguro que a su pesar, el decreto que establece los 33 días por despido. Diga 33 por año trabajado. Lo malo del contrato indefinido es que tiene fecha de caducidad y lo peor de la flexibilidad del mercado laboral es que los trabajadores no son flexibles y suelen romperse.
El programa de festejos, según los carteles anunciadores, empezará en junio. No se sabe bien por qué está extendida la creencia de que el verano es una tregua y que cuando hace mucho calor no pasa nada. Incluso profesan esa curiosa teoría algunos que vivieron el 18 de julio del año 36. No es cierta, por su puesto. Dice Cervantes que «por la canícula ardiente está la cólera a punto». Lo que ocurre es que mientras se pasa calor, para pasarlo mejor, muchos están en la playa o en los chiringuitos de incierto futuro donde llega la olimpiada de la sardina. Sólo en Andalucía hay 900 locales de este tipo, fronterizos entre la arena y el mar. Los espetos, que combinan el níquel con la sombra, sí que son una tregua.