Jerez

«¡Catar el vino no es bebérselo!»

César Saldaña, director del Consejo Regulador, enseña a probar los vinos de Jerez a visitantes y nativos Lejos de la sofisticación del Alcázar, al Arenal se hace el parvulario de las catas

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Algo más de media entrada para la primera de las catas con las que se estrena la plaza del Arenal con motivo de Vinoble. Retiradas las sillas sobrantes, sin embargo, el espacio previsto quedó tan acogedor que se hizo marco de algunas de las mejores escenas que cabía imaginar en acto de semejante naturaleza.

Ante una pantalla que ofrecía imágenes del Marco y de nuestros caldos, César Saldaña, micrófono en mano, dirigía ayer a la caída de la tarde la sesión ante un público bastante menos entendido del que la mañana ofreció en la Mezquita. Y al director del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar le tocó echarle desparpajo al asunto.

Mónica es una joven polaca que, como sus amigas británicas Lala e Ingrid, lleva ocho meses estudiando y trabajando en Jerez. Hablan perfecto castellano aunque ni siquiera ello es garantía de entender algunas de las explicaciones de Saldaña. «Éste no gusta», dice la primera de ellas, con acento eslavo y señalando al fino que le han dado a catar. Las otras dos terminan coreando con ella al unísono: «¡Nos gusta más el oloroso!».

Aunque reconocen no haber asistido nunca a una cata no ocultan que ya habían probado alguna vez los vinos de Jerez. Pero era Manolo, cerca de ellas y sentado junto a su esposa, quien demostraba 'mejor' su conocimiento de los caldos del Marco. Él no dice nada, hace como que atiende las explicaciones de Saldaña y coge la copa por el recipiente y sin el refinamiento visto en El Alcázar.

«¡Echa ahí, no te cortes!», señala al profesional que le sirve apenas el sorbo para que cate. Unos segundos después una frase de César Saldaña se convierte en clave para que Manolo entienda por qué el chico no le echa más: «¡Catar el vino no es bebérselo!».

Verdadero parvulario de las catas, la experiencia puesta en marcha en el Arenal demuestra, a las primeras de cambio, la falta que hacía esta salida a la calle de los contenidos de Vinoble. De momento, es fino, amontillado, oloroso y pedro ximénez lo que sale a los catavinos. Ya llegarán otros vinos de procedencias, quizá, más alejadas a poco que la iniciativa fragüe en próximas ediciones del Salón.