Los nacionalistas niegan haber ayudado al Ejecutivo
BARCELONA.Actualizado:La federación nacionalista catalana se niega en redondo a admitir que su abstención en la votación del Congreso sobre el plan de ajuste haya sido calculada para salvar la legislatura a José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario general adjunto de Convergencia, Felip Puig, aseguró ayer que ése no era el objetivo de su voto, que no era otro que proteger a la economía «española» y también a «la catalana».
Ahora bien, prosiguió el dirigente de CiU, «si como consecuencia (de esa postura) hemos alargado unos meses la continuidad del peor presidente de España de los 30 años de democracia son daños colaterales». El objetivo, insistió Puig, era evitar que la Comisión Europea u otras instancias supervisoras internacionales tuvieran que diseñar un plan de rescate para España similar al de Grecia por el hundimiento de la deuda española en los mercados financieros internacionales.
El líder de CiU, Artur Mas, ya avisó el jueves que la finalidad de la abstención de su grupo en el Congreso en ningún caso era salir en auxilio de Zapatero sino evitar males mayores a la economía. El portavoz de los nacionalistas en la cámara, Josep Antoni Duran i Lleida, evitó, sin embargo, hacer comparaciones con el caso griego para justificar su posición.
Lo cierto es que CiU vivió un intenso debate interno previo sobre qué postura tenían que adoptar en la votación. Un amplio sector, sobre todo de Convergencia Democrática, era partidario de rechazar el plan de ajuste, lo que hubiera supuesto su devolución del decreto al Gobierno y situar a Zapatero al borde del abismo, pero al final prevaleció la visión posibilista del democristiano Duran i Lleida y otros dirigentes de la federación nacionalista.