Sociedad

Roma se abre al final al arte contemporáneo e inaugura el museo MAXXI

ROMA. Actualizado: Guardar
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Roma, por ser eterna, es casi enemiga de lo contemporáneo y tanto el arte como la arquitectura actual tienen prohibida la entrada en la ciudad como si fueran el mismo diablo. La única incursión en el centro histórico de un edificio audaz de nuevo diseño, como los que llenan cualquier capital de provincia española, fue la estructura del Ara Pacis, de Meyer, toda una agonía y que aún hoy es vituperada. Fuera del centro, sólo ha logrado levantarse el auditorio con forma de caparazones de Renzo Piano.

En cuanto al arte, se detenía en el siglo XX, ya convertido en historia, en la Galleria Nazionale d'Arte Moderna. Sin embargo, desde ayer Roma se pone por fin al día y suple una carencia colosal con el nuevo museo MAXXI, un espectacular edificio de Zaha Hadid construido en un antiguo cuartel. La cita se redondeó con la ampliación, firmada por Odile Decq, del otro museo que había abierto antes el camino contemporáneo, el Macro. Se trata de una noticia cultural de primer orden para Italia, donde el arte actual sólo emergía en Turín o Nápoles. No ha sido fácil y lo dicen todo las fechas.

Hadid ganó el concurso en 1998 y Decq en 2001, pero ha costado una década que sus proyectos se hicieran realidad. Y que las dos sean mujeres no deja de ser otra pequeña revolución para Italia. La arquitecta iraquí-británica, que fue la primera mujer en ganar el Pritzker en 2004 y en Bilbao trabaja en la regeneración de Zorrozaurre y Olabeaga, ha planteado un edificio fluido, que se ramifica en alturas y espacios, e irrumpe en la fisionomía rectilínea del barrio Flaminio.

La bienvenida

El museo, dedicado al arte y a la arquitectura, se estrena con una cautivadora retrospectiva, bajo el tema de la inmortalidad, de Gino De Dominicis, un artista poco conocido fuera de Italia. Su esqueleto gigante de 24 metros con nariz de Pinocho preside la entrada. La primera muestra de arquitectura es de Luigi Moretti, figura del racionalismo italiano. La colección permanente del MAXXI, de 300 obras, se deja ver en una selección de 70, de Kapooor a Kiefer.

El Macro, por su parte, que se esconde en la antigua fábrica de cerveza Peroni próxima a la Via Nomentana, celebra su ampliación con instalaciones de Hashimoto y Buren y una muestra del fotógrafo italiano Oscar Savio. También empezó ayer la tercera feria internacional de arte de Roma en Macro Future, el viejo matadero de Testaccio, con 67 galerías.