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Rajoy reconoce que su 'no' pretendía forzar la caída del presidente
El líder del PP considera que el jefe del Ejecutivo es «el mayor problema de la economía española»
MADRID. Actualizado: Guardar«Simple y claramente no». Mariano Rajoy confirmó a los pocos segundos de iniciar su intervención que el PP iba a rechazar de plano el mayor recorte del gasto social de la democracia. El discurso del jefe de la oposición evidenció que el debate de ayer en el Congreso iba más allá del decreto-ley con el que el Ejecutivo pretende reducir el déficit público. El quid de la cuestión, la batalla subterránea, se centró en el futuro político de José Luis Rodríguez Zapatero. Un revés de la Cámara Baja al recorte hubiera dejado al presidente del Gobierno en una situación crítica, casi irreversible. «El PP no va a contribuir a que usted -dijo Rajoy señalando a Zapatero- siga ahí si otros lo hacen será su responsabilidad».
El líder popular, en una conversación informal antes de la votación, ironizó sobre el «papel de hombre de Estado» que se arrogó el portavoz de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida, el 'salvador' de Zapatero con la abstención de su grupo. «Sólo le ha faltado decir que las elecciones le vienen mejor en noviembre», afianzó Soraya Sáenz de Santamaría desde el convencimiento de que lo que realmente preocupaba a CiU no era el futuro de España, como dijo Durán, sino que el resultado de la votación de ayer propiciara un adelanto electoral que hiciera coincidir las generales con las autonómicas catalanas, previstas para el próximo otoño.
El líder de la oposición, durante su alocución, sólo tuvo en su punto de mira a Zapatero. «En mi opinión, el presidente del Gobierno ha logrado convertirse en el principal problema de la economía española», una idea que ha convertido en los últimos meses en uno de sus principales argumentos de oposición.
El 'no' del PP al decreto fue la respuesta a las 'cuatro íes' del ajuste, «impuesto, improvisado, insuficiente e injusto». También acusó a Zapatero de «dinamitar» el Pacto de Toledo al congelar las pensiones de manera unilateral, sin el consenso de este histórico acuerdo que tiene como objetivo desvincular a las pensiones del debate político. «De verdad no había 1.500 millones de euros en el Presupuesto de dónde recortar antes que recortarle a los pensionistas», preguntó directamente a la bancada socialista.
Rajoy, en los pasillos del Congreso, insinuó que el presidente le había llamado por teléfono antes de la votación. «No ha querido pactar nada», remachó. Asumió que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional habían obligado al presidente del Gobierno a diseñar el recorte y fijar la cuantía, alrededor de 15.000 millones de euros en dos años. «Lo que nadie le ha dicho es en qué partidas tenía que meter la tijera y la elección ha sido suya y sólo suya», espetó Rajoy a Zapatero.
El PP calculó que tantas recriminaciones obligarían al presidente del Gobierno a subir a la tribuna y responder a Rajoy, toda vez que la defensa del decreto corrió a cargo de la vicepresidenta económica, Elena Salgado. Los populares fallaron en su vaticinio pues ni hubo respuesta del jefe del Ejecutivo ni réplica de Salgado. Un silencio que, según Soraya Sáenz de Santamaría, supone todo un «acto de cobardía». La portavoz del grupo popular también destacó que la votación puso en evidencia la «soledad» de Zapatero. «Es grave que la gobernabilidad de España dependa de un voto de abstención», sentenció.
Sin petición de elecciones
¿Si la tesis del PP es que la situación es tan grave y Zapatero incapaz de solucionarla por qué Rajoy no reclamó hoy elecciones anticipadas, como sí hicieron otros dirigentes opositores? «Yo fijo posiciones», aclaró el líder del PP sobre su papel en otra charla informal para añadir a continuación que en su partido «ya las ha pedido todo el mundo».
Él mismo insinuó esta exigencia durante su intervención, pero sin la contundencia expresada en las últimas semanas por dirigentes como Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Soraya Sáenz de Santamaría o Pío García-Escudero. Rajoy se plantea dar este paso durante el Debate del estado de la Nación, que se celebrará en julio.