Jerez abandona la Aldea y se integra en el Coto

A las diez de la noche del lunes, los romeros que continuaban en la Aldea se acercaban silenciosos a la casa de hermandad. Era el último rosario en el Rocío, la última noche junto a la Blanca Paloma. Ayer, a primera hora de la mañana, la caravana morada iniciaba su retorno a Santo Domingo, de donde saliera el pasado miércoles el Simpecado de la hermandad, y la expedición jerezana se desplazó hasta la puerta de la Ermita para rezar el último ave maría ante el Pastorcito Divino. Lo mismo hicieron el resto de cofradías, e incluso las Fuerzas de Seguridad del Estado, que completaron sus Eucaristías de Acción de Gracias y sus ofrendas florales a la patrona de Almonte.

Los cinco minutos largos que la Virgen estuvo en Jerez fue lo más comentado en una jornada donde el descenso de la temperatura fue un alivio para los jerezanos, que agotan sus fuerzas tras varios días de esfuerzo en el camino y otros tantos de convivencia en la Aldea.

La comitiva partió por la Canaliega buscando la Laguna del Sopetón, donde tuvo el rengue del almuerzo justo después de rezar el Ángelus con la hermandad de Cádiz en el Pilón. Desde primera hora de la mañana los romeros están de nuevo en el Coto de Doñana, y repetirán el mismo camino que hicieron a la ida pero en sentido inverso. Los caballistas, encabezados por el banderín de camino, escoltaban al Simpecado, al que se le volverán a cambiar las flores antes de llegar a Jerez. Tras ellos, las carretas, los charrés y los vehículos de tracción mecánica que cerraban la comitiva daban un aire vistoso a la hermandad pese al espectacular descenso en el número de peregrinos que hacen la vuelta con la corporación jerezana. Tras el almuerzo, la hermandad amplió su recorrido hasta llegar al Cancelín, lugar elegido por la hermandad de Jerez para hacer la primera noche.

Hoy los romeros se levantarán a primera hora de la mañana también, y comenzarán su andadura por el Coto buscando Marismillas, el mismo lugar elegido por la hermandad para dormir en el primer día de camino. Sin duda, momentos íntimos para recordar el fallecimiento de Pepe Antonio, que se conoció en el Angelus de aquel día.