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marea negra

EEUU defiende su actuación ante el vertido y BP admite su frustración al no poder taponar la fuga

La Casa Blanca señala que se asegurará de que la petrolera responde "por la vía civil y la vía que sea necesaria"

MACARENA VIDAL/EFE
WASHINGTONActualizado:

El Gobierno de EEUU ha defendido su actuación contra el derrame de crudo en el golfo de México, cuando las encuestas apuntan a la pérdida de confianza entre los votantes sobre el problema y la propia BP ha admitido la "frustración" existente. "Vamos a seguir encima de esto y seguir encima de BP -la empresa responsable del derrame- hasta que se resuelva el problema y se resuelva de la manera correcta", ha dicho la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.

Napolitano ha formado parte de una delegación oficial que ha sobrevolado la zona afectada por el derrame, integrada también por el secretario de Interior, Ken Salazar, y un grupo de legisladores de los partidos Demócrata y Republicano. En una rueda de prensa posterior, Napolitano ha declarado que "no será hasta que el pozo quede sellado, este área de océano se limpie y se paguen las indemnizaciones debidas cuando se dé por cerrado este incidente". Por su parte, Salazar ha subrayado que "éste es un desastre de BP, es un desastre horrible y un desastre enorme para el medio ambiente". El Gobierno de EEUU, ha añadido Salazar, seguirá supervisando muy de cerca los esfuerzos de la empresa para cerrar el pozo, limpiar la contaminación creada y pagar las indemnizaciones debidas.

El secretario del Interior, al frente de una investigación encabezada por la Casa Blanca para aclarar las causas del vertido y las medidas a adoptar para impedir que se repita, ha afirmado que el Gobierno se asegurará de que BP responde "por la vía civil y la vía que sea necesaria". No obstante, no ha querido precisar si el Gobierno estadounidense se plantea presentar cargos penales contra BP. La Casa Blanca intenta responder así a las acusaciones de que no ha reaccionar de manera adecuada al problema. En la misma rueda de prensa, el gobernador de Luisiana, el republicano Bobby Jindal, ha denunciado que los medios que han recibido para combatir el vertido son aún insuficientes, y ha pedido una acción más rápida del Gobierno federal, en manos demócratas. "No contamos con todos los recursos que necesitamos", ha dicho Jindal, quien ha pedido "más barreras, más barcos, más personal" para luchar contra la marea negra, que amenaza las marismas costeras, el delicado ecosistema "y nuestro modo de vida".

Soluciones poco populares

Una encuesta elaborada para la cadena de televisión CNN indica que el 53% de los estadounidenses creen que los esfuerzos por detener el derrame de petróleo no tendrán éxito, y sólo el 37% opina que los funcionarios federales podrán impedir otros vertidos en el futuro. El 51% de los estadounidenses, según el sondeo, desaprueban la gestión de la situación por el presidente de EEUU, Barack Obama. Peor aún es la opinión acerca de cómo la empresa propietaria del pozo marino averiado, British Petroleum (BP), ha atajado el problema, ya que el 76% cree que la compañía lo ha hecho mal.

En este sentido, el directivo de BP a cargo de la lucha contra el vertido, Doug Suttles, ha reconocido la frustración que existe contra la petrolera por su incapacidad para taponar el flujo. "Sé que todo el mundo está frustrado. Creo que los habitantes de la región están frustrados. Sé que nosotros lo estamos, sé que el Gobierno también", ha afirmado Suttles, director de operaciones de BP, y ha agregado que "es doloroso para todo el mundo que esto esté durando tanto".

Suttles ha expresado su optimismo sobre la posibilidad de que tengan éxito esta semana los intentos de taponar con cemento y arcilla pesada la grieta del pozo de petróleo a 1.500 metros de profundidad, en un proyecto que comenzará a ejecutarse finalmente el miércoles, un día después de lo previsto. Ese mismo día se podrá saber si la maniobra ha tenido éxito, ha señalado el alto ejecutivo, quien ha declarado a la cadena ABC que, si fallara, BP cuenta con planes alternativos. Esta compañía se ha comprometido a destinar 500 millones de dólares para la investigación independiente sobre los efectos del derrame en la vida marina del golfo de México. El derrame comenzó después de que una plataforma petrolera que explotaba BP estallara el 20 de abril por razones que se desconocen y se hundiera en el mar, en un suceso en el que desaparecieron once trabajadores.