Artículos

CAJAS DESTEMPLADAS

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Banco de España, que sabe lo que se hace, o sea, lo que le obligan a hacer, ha inyectado 523 millones a Cajasur, al mismo tiempo que relevaba a sus ineptos y píos directivos. Que no haya equívocos: esa transfusión bursátil se hace con nuestra hemoglobina. Todos los españoles hemos jurado una invisible bandera que nos obliga a entregar por la patria hasta la última gota de nuestros euros. Ha sido una emergencia. Emerger es vocablo latino que significa brotar del agua u otro líquido, pero quizá en este caso no sea apropiado porque no hay liquidez. En la paticoja caja de la Iglesia se supone que han debido de fallar muchas cosas a la vez para llegar al sincronizado desastre final, ya que había sido intervenida mucho antes de esta última intervención quirúrgica. Sanearla puede costar 2.000 millones de euros. Resta y sigue.

Quizá, a la vista de los balances a los que da miedo asomarse, lo que empezó siendo Monte de Piedad haya derivado hasta convertirse en algunos casos concretos en asilo de políticos de ida y vuelta y de especuladores sin vuelta de hoja. Les bastaba con olvidar la piedad y tirar al monte. Pobre pueblo español, siempre a merced de personas que le adulan y aprovechan y exprimen. El agujero de la entidad controlada por la Iglesia no tiene fondo. A Dios lo que es de Dios y al César lo que no hay ni Dios que sepa cuánto se le debe. Se busca un comprador, preferiblemente inconsciente. El desazonado obispo de Córdoba ha dicho que la entidad náufraga «está débil, pero sana», lo que viene a decir que el difunto goza de una salud excelente. Con muchísimo respeto, monseñor: ¿En qué coño quedamos? Los engaños son cada vez menos posibles porque hay menos analfabetos inducidos. ¿Dónde ha ido a parar el dinero que falta después de la impecable gestión? Van a pagar los que hicieron de refugio de pecadores. Y eso que no es justo.