PINCHITO MORUNO

TOCAR LA TUBA

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Está el Cádiz sátiro ávido de información sobre el congreso de intercambio de parejas que hay en Chiclana, dicen que se les ha visto en visita guiada por la plaza de abastos de la localidad y se llevaron kilos y kilos de butifarra...y alguna morcilla. Cada uno tiene sus aficiones. Los hay que se intercambian cromos de 'furbolistas' de Panini e incluso hay gente que colecciona pimientos del piquillo. El mundo se resume en cuatro palabras: Hay gente 'pa tó'. Reconozco que el mundo de las aficiones me apasiona. Gente que tiene su casa llena de las cosas más insospechadas, pero si hay una que me tiene especialmente intrigado es la afición por tocar la tuba. No sé si ustedes saben lo que es una tuba. La tuba es la especie de trompeta grandísima que llevan las bandas en la parte de atrás. Nunca he cogido una, pero vamos, eso tiene que pesar más que las corvinas esas gigantescas que salen en las fotos pegoteras que se hacen los 'pescadores'. A mí me impresiona ver al alguien cargando con eso un montón de horas y con 'to' los cachetes hinchaos tratando de expirar grandísimos soplíos al instrumento. Yo no sé si para eso habrá que hacer ejercicios e irán los tubistas (se dice tubista o tubero, cuanta desinformación, Virgen de Rocío) a los gimnasios a ejercitar los cachetes porque, clar,o tendrán que tener en ellos unos músculos como los brazos de Arnol 'Sonsonager' cuando se decicaba a repartir cachetás en las películas. Yo no sé ustedes, pero yo cuando intentaba llenar las pelotas de Nivea en la playa me quedaba exhausto, con lo que pegarse soplando toda una sinfonía en do mayor, te tiene que dejar peor que una noche con los del intercambio de parejas en Chiclana. Tocar la tuba sólo tiene sacrificios. Siempre he admirado a los tocadores de tuba y a los que van detrás con el bombo. Además, ellos, nunca tienen protagonismo. Tú, en las grandes orquestas, te ves siempre a un solista de violín, de violonchelo, de clarinete, pero nunca te ves que el director pone a su lado al de la tuba y este hace birguerías con el instrumento. Hombre, ver a los legionarios, tirando por lo alto una tuba, en vez de la corneta, la verdad es que tendría su mérito. A mi lo de la tuba la verdad es que me obsesiona. A veces sueño, en noches de Levante, con que me traen una tuba para que la toque, pero cuando la tengo delante, descubro que está rellena de atún encebollao. Voy a llamar a Aramis Fuster para que me analice el sueño.