Cannes se blinda por el pase una película de tintes políticos
La estupenda 'Hors-la-loi' muestra el surgimiento en París del Frente de Liberación Nacional y llena el festival de gendarmes
CANNES.Actualizado:A dos días del final, la denuncia ha llegado al Festival de Cannes, y con ella varias decenas de furgones de gendarmes equipados para la batalla, con botas, cascos y porras, en fuerte contraste con los 'tenue de soirée' y las bellezas festivaleras que pululan por la Croisette. El culpable es el franco argelino Rachid Bouchreb, que con 'Hors-la-loi' ha mostrado la lucha por la independencia de Argelia desde la perspectiva de los argelinos del Frente de Liberación Nacional, instalados en París.
Aunque no ha habido ningún pase previo del filme, el alcalde de Niza se apresuró a decir que era una película 'antifrancesa'.
Decir esto y que la extrema derecha francesa de Jean-Marie Le Pen (que en la Costa Azul tiene su principal bastión) se echase a la calle ha sido simultáneo. El resultado, un paseo por la alfombra roja con gritos de los manifestantes de fondo y con la 'gendarmerie' ocupando las calles próximas al Palais del Festival.
¿Y la película? Pues 'Hors-la-loi' es estupenda y busca mostrar la violencia callejera en París, tanto por los argelinos del FLN como por los 'Poids noirs' en los meses previos a la independencia del país. Rachid Bouchareb fue el director de 'Indígenas', una notable película sobre la actividad de las tropas indígenas norteafricanas en la liberación de Francia durante la II Guerra Mundial.
Aquel filme fue un éxito en casi todo el mundo salvo en España, por culpa de una distribuidora miope que le cambió el título por el de 'Días de gloria', logrando que los espectadores huyesen de los cines donde se proyectaba. 'Hors-la-loi' se puede entender como una forma de continuación de aquella, compartiendo muchos de los actores, aunque los personajes sean diferentes: Jamel Debbouze, Rochdy Zem y Sami Bouajila, entre otros.
La acción se inicia en 1945. Mientras en París se celebra la victoria, en Argelia, una manifestación pacífica que pide la independencia es masacrada por la policía y los civiles franceses.
Expulsados de sus tierras en Argelia, tres hermanos y su madre se ven obligados a separarse. Messaoud se enrola en la guerra de Indochina. En París, Abdelkader se sitúa al frente del movimiento por la independencia de Argelia y Said hace fortuna como proxeneta en los garitos nocturnos y los clubes de boxeo de Pigalle.
La acción prosigue en los poblados chabolistas de París a finales de los 50. Los tres hermanos se vuelven a reunir con su madre y se fragua el germen del Frente de Liberación Nacional. A la vez, la policía crea un grupo secreto paramilitar, que responderá al terror con el terror.
Violencia absurda
La película sigue al detalle la idea de acción-reacción-acción. Cada crimen de los independentistas argelinos es respondido con una salvajada mayor de los parapoliciales y 'pieds-noirs'. Rachid Bouchareb se limita a mostrar unos hechos, haciendo hincapié en lo absurdo de la violencia por ambas partes.
El resultado es un filme brillante, aplaudido con ganas, aunque también hubo quienes abandonaron la proyección antes del final, que entronca con muchos de los filmes políticos producidos en Francia y en Italia en los años 70.
Los actores están muy bien y el ritmo de la película hace que ésta no decaiga ni un solo instante a pesar de las casi dos horas y media que dura. «La película pretende abrir un debate en la serenidad, no en un campo de batalla», dijo Bouchareb, asombrándose de las reacciones que ha provocado antes de que nadie hubiese visto la película: «Sabía que el pasado colonial había permanecido tenso, pero no tanto».
La segunda película en competición cuenta con una pequeña participación española en la producción a través de Eddie Saeta, la productora del catalán Luis Miñarro. La película es una fábula inclasificable que se inicia a partir de las últimas 48 horas de vida del tío Boonmee, en las que revivirá seis de sus vidas pasadas.
Boonmee sufre una insuficiencia renal aguda y decide acabar sus días entre los suyos en el campo. Sorprendentemente, los fantasmas de su mujer fallecida y de su hijo desaparecido se le aparecen y lo toman bajo sus alas. Mientras medita sobre los motivos de su enfermedad, Boonmee atravesará la jungla con su familia hasta llegar a una cueva en la cima de una colina, el lugar de nacimiento de su primera vida.
Durante este periodo su hijo regresará de la jungla con aspecto de hombre mono. La película es un viaje nocturno a la jungla, repleta de animales y espíritus, para mostrar el ciclo de reencarnaciones, lleno de cuentos y leyendas del pasado. Dotada de una belleza plástica fascinante, el interpretar lo que cuenta resulta complejo. El filme fue aplaudido y, aunque solo sea por lo radical de su propuesta y por la belleza de sus imágenes, podría tener algún premio, algo de lo que se mostró convencido su coproductor.