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LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

2012: ¿Una gran fiesta de cumpleaños?

BELÉN GONZÁLEZ DORAO
| GERENTE TORRE TAVIRA - CÁMARA OSCURAActualizado:

En los últimos meses, se habla mucho de si sabremos aprovechar y dar valor a la gran efeméride del 12. Pasamos un tiempo importante de nuestras vidas y una considerable energía, pensando, valorando si «unos» le sacarán partido, si «los otros» lo sabrán rentabilizar, o si «aquellos» le darán la importancia que se merece. Pero, de todo lo que he leído sobre el 12, no recuerdo haber leído mucho de lo que «yo» puedo hacer por el 12, entendiendo este «yo» como cada uno de los individuos que forman la sociedad en la que vivimos. Desgraciadamente, en este país invertimos mucho tiempo en hablar, en valorar e incluso nos atrevemos a enjuiciar lo que los demás hacen, o dejan de hacer, pero invertimos poco tiempo en analizar lo que cada uno de nosotros puede contribuir a ese proyecto.

Sin duda el 2012 será un gran año. Año de cambios, con elecciones en el año anterior. Año de oportunidades. Año de ilusiones. Ojo con las ilusiones, que cuando nos creamos excesivas expectativas, después llegan las desilusiones, que dejan un mal sabor de boca. A mí me gustaría que también fuera un año de unidad. De unificación de criterios, como los que tuvieron en su día nuestros compatriotas de 1812. Que logremos, por fin, ese ansiado por todos, objetivo común. Pero una unidad real, no de palabras, ni de leyes, sino de hechos y de corazón. Y debo admitir que mirando el tema desde fuera, me es difícil encontrar esa unidad. Para empezar, hay varias oficinas del bicentenario. ¿Un mismo evento, visto desde diferentes perspectivas? Por mucho que lo intento, se me hace difícil encontrar ahí la unidad... Todos queremos contribuir, todos queremos destacar, todos queremos estar. sin pensar que la única que perdurará a lo largo de los siglos será Cádiz. Tendemos a mirar al corto plazo. ya lo decían nuestros abuelos no siempre es bueno el «pan para hoy, hambre para mañana». Sería mejor que nos deshiciéramos de tanto individualismo y nos concentráramos en lo realmente importante : el colectivo, la unión de todos los individuos.

Se habla mucho de que debemos poner en valor nuestra historia, que brille nuestra creatividad. Incluso se habla de la unidad (que logra la fuerza). Hablamos mucho, pero yo me pregunto : ¿predicamos con el ejemplo?, ¿somos coherentes con lo que decimos?, ¿somos realmente solidarios con el vecino?, ¿practicamos lo suficiente la empatía?, ¿somos constantes en nuestras acciones? ¿O nos desinflamos tras el primer o segundo esfuerzo? Al fin y al cabo, estamos hablando de responsabilidad individual. 2012 será un año en el que el mundo entero mirará hacia Cádiz. Sin duda, una gran oportunidad. Aunque también una gran responsabilidad. Y no debemos dejarlo todo para el último minuto. No debemos confiar ciegamente en nuestra alta capacidad de improvisación, que en este rincón de la tierra, está más desarrollada que en otros lugares del planeta. Sería favorable para que la «fiesta» saliera bien, que utilizáramos los años precedentes (ya estamos casi a la mitad del primero), para hacer varios ensayos generales. Y para ello tenemos grandes ejemplos en los que fijarnos, como Barcelona, que desde años antes empezó a construir una planificación para el gran acontecimiento olímpico y que todavía sigue desarrollándola.

Como dice Doris Lessing, no escasea la inteligencia, sino la constancia. Nuestras costumbres, nuestros hábitos nos hacen a veces medir todo por cantidades. «¿Cuánta gente ha entrado en la torre?». Es una pregunta que he escuchado miles de veces. Yo, la primera, he tratado de buscar esa respuesta diariamente, aunque debo admitir que más allá de contar personas, mi interés y sobre todo en los últimos años, es saber si todas y cada una de esas personas ha salido satisfecha y contenta. Mi vertiente empresarial me dice que cuantas más mejor. pero también me recuerda que detrás de cada número, debe haber una sonrisa. Quizás debamos aprovechar este gran evento del 12 para pararnos a pensar sobre cosas importantes en la vida, como a dónde queremos ir. Quizás sea tiempo de replantearnos algunas costumbres y hábitos. No siempre debemos hacer las cosas porque «siempre se han hecho así». Quizás debamos empezar a dejar de medir las cosas por cantidad y empezar a hacer nuestras mediciones con parámetros de calidad y de objetivos alcanzados, ya que la calidad dará valor a nuestras actuaciones. Muchos aseguran que si fuimos capaces de lograrlo en aquel 1812 lo seremos en 2012. Yo me quiero sumar a esa ilusión, aunque sin duda, seremos todos nosotros los responsables de que el 12 sea un éxito, o un fracaso, o simplemente una gran fiesta de cumpleaños.