La sala descarta que hubiera confesiones bajo tortura
MADRID.Actualizado:El tribunal dedica ocho de las 60 páginas de la sentencia a explicar por qué considera creíble la declaración inculpatoria de Mattin Sarasola ante la Guardia Civil, que sirve de base a todos los hechos declarados como probados. Sarasola, y sobre todo Portu, que tuvo que ser ingresado tras su arresto en enero de 2008, denunciaron haber sido objeto de torturas a manos de los agentes del instituto armado. Unos hechos que son enjuiciados en un juzgado de San Sebastián que mantiene imputados a varios agentes.
Según la Audiencia Nacional, que en todo momento da verosimilitud a la versión de Interior de que las lesiones de ambos terroristas fueron fruto de una detención violenta porque intentaron huir, las confesiones fueron «voluntarias y no producto de clase alguna de tortura, maltrato físico o presión psicológica». El fallo se hace eco de las declaraciones de los agentes que interrogaron al etarra y que testificaron que las declaraciones de Sarasola «habían sido espontáneas». La sentencia reproduce asimismo el testimonio de los forenses que consideran compatible las lesiones de Portu con una detención «de forma violenta»
«No puede olvidarse que, como ya afirmó el Supremo, las alegaciones de torturas son habituales en las actividades terroristas», afirma la resolución, que reproduce la carta en la que el ex jefe de ETA Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', se refería a las «torturas falsas sufridas por Igor en manos del enemigo» y en la que recomendaba esa «estrategia a seguir ante las caídas» visto «el buen resultado y el daño que le causamos al enemigo». «Siempre hay que denunciar torturas, y nunca ratificarse ante el juez», apuntaba 'Txeroki'.