Rosario, enfangada por la burocracia
Los afectados por las inundaciones en Jerez siguen sin haber cobrado las ayudas prometidas; Esta vecina de Las Pachecas lleva cinco meses viviendo en el centro de barrio, y José Gálvez aún no puede sembrar en sus parcelas
JEREZ.Actualizado:«A esto no te acostumbras nunca, es imposible, y lo que más deseo en estos momentos es poder volver a mi casa de una vez». Para Rosario Camacho, los cinco meses que lleva viviendo fuera de su casa, alojada en el centro de barrio de la barriada rural de Las Pachecas, son un suplicio para ella, su marido y su hija. Y es que en el local apenas cuentan con un sitio para dormir y una pequeña cocina, pero ni siquiera tienen un baño. «Si queremos utilizarlo tenemos que desplazarnos a casa de mi padre, en esta misma población, y eso es una incomodidad enorme», explicaba ayer desde su improvisado refugio.
Rosario es una de los varios centenares de jerezanos que se vieron afectados por las inundaciones el pasado invierno, y que presentaron una solicitud de ayuda con la que confiaba que podría paliar los dañinos efectos del temporal y retomar su vida normal. Meses después sólo ha dado pequeños pasos para poder regresar a su hogar, ya que las cuadrillas contratadas le ayudaron a limpiar y pintar la casa, «pero lo perdí todo, muebles, electrodomésticos, y sólo podré volver cuando esté amueblada».
Ayer mismo le llegó la donación de una lavadora, pero «no tengo ni colchón, ni armario, ni nada». Además, sigue sin saber si cobrará -o cuándo lo hará- algunas de las ayudas que prometió el Gobierno central, que oscilaban entre los 15.120 euros por destrucción total de la vivienda y un mínimo de 2.580 euros por los daños en los enseres.
El decreto también hablaba de ayudas para el campo y para los empresarios que hubieran sufrido las consecuencias de las fuertes lluvias, pero José Gálvez, un agricultor que tiene varias parcelas en la 'zona cero' del temporal, recalcaba ayer que «no he visto ni un euro, ni a las cuadrillas, ni se ha hecho lo prioritario, que es limpiar el río».
José tiene una finca de 150 hectáreas entre Las Pachecas y La Ina en la que plantaba hortícolas, y las lluvias la anegaron por completo. Él calcula que sus pérdidas ascienden a unos 600.000 euros, a los que hay que sumar los centenares de jornales que no ha podido contratar.
Por ahora, ha podido replantar de tomates algunas de sus parcelas, pero otras siguen completamente impracticables. «Por fuera parece que están secas, pero en cuanto cavas un poco hay agua y no se puede cultivar nada», se queja. Por eso critica que no hayan cobrado todavía ninguna compensación, precisamente en un año «que ya era muy malo para el campo». «Nunca he pedido ayudas, ni subvenciones -recalca-, pero ahora es necesario que me echen una mano».
José y Rosario también se lamentan, como otros de sus vecinos, de que ni siquiera hayan arreglado en condiciones la vía de servicio de Las Pachecas, que está partida y tiene el asfalto levantado porque «sólo le hicieron un parche».