Sevilla tiene dos colores especiales

Miles de aficionados sevillistas se concentraron ayer en los aledaños del Ramón Sánchez Pizjuán para celebrar la consecución de la quinta Copa del Rey del Sevilla en su historia (la segunda en tres años) y seguir a la comitiva de jugadores que pasearon el trofeo por las calles hasta llegar al corazón de Sevilla. Toda la ciudad (o al menos la mitad no verdiblanca) vibró al paso de sus héroes.

El autobús descapotable en el que viajaban los jugadores, y que salió con más de media hora de retraso sobre el horario previsto, puso rumbo a la Santa Iglesia Catedral donde el equipo ofreció el título copero a la Virgen de los Reyes, una tradición que se está cumpliendo muchas veces en el último lustro gracias a los éxitos del conjunto andaluz.

La plantilla partió desde el Ramón Sánchez Pizjuán y discurrió por Eduardo Dato, Jardines de Murillo, San Fernando, Puerta de Jerez hasta llegar a la Catedral, en la primera gran parada.

Tras el acto, la expedición partió hacia el Ayuntamiento de Sevilla, donde el título fue ofrecido a la ciudad que teñirá de rojo y blanco el centro de la capital hispalense.

Tras las sucesivas intervenciones en el balcón del Consistorio hispalense, el equipo regresó en el autobús descapotable hasta el Ramón Sánchez Pizjuán, donde tuvo lugar el fin de fiesta del equipo y se dio por finalizada una temporada muy difícil pero que ha acabado de forma inimaginable: clasificación para la Liga de Campeones y otro título más en el zurrón.