La tumba del unificador de China
Actualizado:El 29 de marzo de 1974 un grupo de agricultores que excavaba un pozo cerca de Xian encontró la cabeza del que resultó ser uno de los 8.000 guerreros de terracota que protegen el mausoleo del primer emperador de China. Qin Shi Huang (260-210 a.C.), que murió cuando paradójicamente viajaba en busca de la fuente de la eterna juventud, había ordenado la construcción de su propia tumba cuando sólo tenía 13 años y reinaba, bajo la tutela de un regente, en Qin, el mayor de los varios estados independientes y enfrentados entre sí que componían el gran país asiático. Qin Shi Huang no se anduvo con chiquitas a la hora de construir su mausoleo y en la obra, que duró más de tres décadas, trabajaron, según las diferentes fuentes, entre 160.000 y 70.000 obreros en régimen de servidumbre.
El monarca unificó China y en 221 a.C. se proclamó 'huangdi', un título que viene a significar 'gran soberano' y que suele traducirse como 'emperador'. Con la ayuda de su primer ministro Li Si, Qin Shi Huang llevó a cabo un ambicioso programa de reformas, algunas de las cuales llaman la atención por su modernidad. Estableció un sistema unificado de pesas y medidas para toda China, unificó la moneda, creó un alfabeto común y hasta regló la longitud de los ejes de los carros, adaptados a las medidas de las nuevas carreteras que abarcaban todo el país. También ordenó levantar una enorme muralla como defensa contra los nómadas, de la que no quedan restos pero que fue el precedente de la Gran Muralla que se conserva hoy.
Mientras todo esto ocurría, artesanos y obreros construían su tumba, un mausoleo piramidal de 76 metros de altura protegido por un ejército de terracota. Un kilómetro y medio separa al primer guerrero de la entrada de la tumba. Entre ambos puntos se extiende un ejército de arcilla endurecida al horno y dispuesto en orden de batalla real, con 8.000 guerreros, infantes, arqueros, caballeros y hasta cocineros y músicos; 130 carros de guerra y más de 600 caballos. Las figuras son todas diferentes y miden entre 1.80 y 1.95 metros de altura. Los arqueólogos han descubierto que se fabricaron por partes y en talleres distantes entre sí. Las cabezas, torsos, piernas y brazos se montaban in situ. Para crear los rostros se usaron ocho moldes básicos y luego los artistas se encargaban de retocarlos para darles unos rasgos individuales.
Los arqueólogos tienen trabajo para años, porque buena parte de este ejército permanece enterrado. También está intacto el mausoleo.