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Una ciudad para comérsela

Inmanol Arias y Juan Echanove rodaron ayer en la Real Escuela de Arte Ecuestre parte de un documental sobre la provincia

VIRGINIA MONTERO |
JEREZ.Actualizado:

El caballo y el vino son los ingredientes que Jerez aporta al exquisito menú de la provincia de Cádiz. Bien lo saben los actores Inmanol Arias y Juan Echanove, que rodaron ayer en la Real Escuela del Arte Ecuestre parte del capítulo de una hora que la serie documental 'Un país para comérselo' dedica al rinconcito más sureño de España. El plato lo completan las marismas, la sierra, el mar, el atún, el queso payoyo, la simpatía y el talento artístico de sus gentes, como Javier Ruibal, Niña Pastori o José Mercé.

«Uno de los elementos de trabajo más importantes de la zona desde los árabes se ha convertido en el desarrollo de una raza y de un lujo representados en esta Real Escuela», aseguró ayer Arias nada más pisar las instalaciones de la avenida Duque de Abrantes. Allí, el jinete olímpico Rafael Soto le mostró el trabajo cotidiano con los caballos.

Junto con el arte de la doma, Echanove destacó la tradición vitivinícola de la zona «con su sistema de criaderas y soleras y sus vinagres». La gastronomía es, precisamente, otro de los puntos fuertes del documental que se termina de rodar hoy. «Aquí funciona la cocina de producto: en la Sierra con los ibéricos, en Jerez con los vinos y dada la presencia del mar, con el atún. También están las tortillitas de camarones, la ortiguilla, la urta, el borriquete, los salazones... Tengo cierta predilección por la gastronomía de la zona porque, además de la tradición, hay gente como Ángel León que se está abriendo paso en el arte culinario del siglo XXI», dijo Echanove.

Como en casa

Aunque suene a tópico, la visita es especialmente entrañable para Inmanol Arias. «También se verá en el documental mi propia impronta sobre esta provincia, donde tengo mi segunda residencia. El sol se pone todos los días en Zahara», dijo con una amplia y relajada sonrisa.

Tampoco es la primera vez para su compañero de rodaje y amigo, que tiene una imagen clara de Jerez: «Es una plaza teatral importante en artes escénicas, danza y flamenco. Hay mucha tradición y a la vez es una ciudad que vibra con los caballos de las motos. Tiene una raigambre histórica y cultural muy potente pero también se lanza hacia el vértigo de la velocidad. Tiene muchas caras para elegir: la más popular o estirada, la más peripuesta o la de andar por casa».

Sólo faltó el postre en el menú propuesto por los dos peculiares cocineros: «Mucha suerte al Xerez, que ha hecho un buen final de temporada y le ha faltado muy poquito», animó Echanove.