Órdago de la plantilla de Cojetusa
La falta de liquidez de la empresa también ha provocado que desde hoy los empleados de la concesionaria vayan a trabajar sin el uniforme; Los trabajadores de los autobuses decidieron ayer convocar una huelga de dos meses de duración
JEREZ.Actualizado:La situación es insostenible desde hace mucho tiempo, incluso años, y en últimamente los impagos y los retrasos a la hora de abonar las nóminas han vivido capítulos mensuales que ya son «insostenibles» para la plantilla de Cojetusa, la concesionaria del servicio de autobuses, como recalcaba ayer el secretario del comité de empresa, Juan González.
Por ese motivo, y sobre todo con el objetivo de que los trabajadores puedan garantizar que podrán pasar un verano tranquilo, la asamblea de empleados de la empresa decidió ayer convocar una nueva huelga del transporte público. Eso sí, esta vez el órdago es a la grande y la plantilla ha optado por que los paros se extiendan durante dos meses, en concreto desde el 7 de junio al 23 de julio de lunes a viernes.
Primero fueron los compañeros del turno de mañana los que votaron de forma unánime a favor de iniciar estas movilizaciones de larga duración que apenas tienen precedentes, y por la tarde ratificaron la decisión el resto de los empleados. Eso hizo oficial lo que ya se rumoreaba hace días: el servicio de autobuses sufrirá una gran huelga que pondrá en jaque a la ciudad, sobre todo a los comerciantes del centro y de la plaza de Abastos.
Tras conocerse la decisión de los trabajadores de la concesionaria, González recalcaba ayer que la plantilla optó por desconvocar la anterior amenaza de huelga (prevista para la Semana Santa y la Feria) por los compromisos que se habían adquirido con Cojetusa y el Ayuntamiento de Jerez, pero desde entonces no sólo han vuelto los retrasos en el pago de las nóminas -la de abril la han cobrado casi 15 días tarde-, sino que «las perspectivas no son buenas de cara al verano, lo que tiene muy preocupados a todos los compañeros».
El representante de los trabajadores quiso poner ayer de relieve que la cuestión de los impagos está provocando incluso problemas de salud a algunos trabajadores, que «ya no pueden soportar la presión de no saber cuándo cobrarán, y que tienen la incertidumbre de si las vacaciones de este año las tendrán que pasar con los apuros del pasado año, cuando no se cobró ni un euro desde junio hasta septiembre».
A fecha de ayer, la empresa todavía le debía a los trabajadores la paga extra de mayo, los anticipos que perciben desde el día 10 de cada mes y el dinero del fondo de necesidad personal que siempre está en manos de la plantilla y que sirve para ayudar a los empleados con más necesidad o que atraviesan dificultades, a modo de préstamos personales. Eso sin olvidar, como recalcaba ayer González, que la negociación colectiva sigue en el dique seco y que desde que se constituyó la mesa negociadora no se ha celebrado ni una sola reunión.
Otra de las acciones que va a llevar a cabo la plantilla es que desde el día hoy van a acudir a trabajar de paisano. «La empresa está incumpliendo el artículo 24 del convenio, que dice que debe facilitarnos el uniforme o pagar la compensación», explicaba ayer el secretario del comité, que añadía que «la excusa es la misma que para el resto de cuestiones: que no hay dinero, que el Ayuntamiento no paga».
Sin duda, la falta de liquidez que arrastra Cojetusa -a la que FCC ya apenas le inyecta dinero más que para los pagos de los sueldos en situaciones extremas- seguirá creando problemas, como ocurre por ejemplo con el estado de los vehículos de la flota de autobuses. Desde el comité de empresa lo tenían claro ayer: «Los coches están para que se denuncien directamente a Sanidad».