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El director francés Bertrand Tavernier (i) y la actriz frances Melanie Thierry en la 63 edición del Festival de cine de Cannes. /Efe
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Tavernier: «Hago cada nueva película como si no supiera nada de cine»

El director francés habla del trabajo que presentó el domingo, 'La princesse de Montpensier', una historia de capa y espada protagonizada por Mélanie Thierry

AGENCIAS
CANNES (FRANCIA)Actualizado:

Dos películas muy diferentes entre sí, la coreana Poetry, de Lee Chang-dong, y la ucraniana Schastye moe, de Sergei Loznitsa, pero con una enorme honestidad en común, han levantado hoy el nivel de la competición del Festival de Cannes. Dos formas de afrontar la moralidad y la humanidad a través de historias complejas pero narradas de manera simple y con personajes que muestran lo bueno y lo malo de la sociedad actual.

Dos filmes que han gustado mucho en el Festival en una edición que no termina de levantar el entusiasmo. Es el caso del cineasta francés Bertrand Tavernier, que presentó el domingo La princesse de Montpensier, una historia de capa y espada, protagonizada por la estrella en alza Mélanie Thierry, con poca profundidad, acción banal, guerras de religiones y, sobre todo, celos.

En un encuentro en Cannes con un reducido grupo de medios, el cineasta francés, uno de los grandes maestros del género, ha declarado a sus 69 años que su intención no es vivir de las rentas sino que quiere seguir haciendo cada película como si fuera la primera, como si no supiera nada de cine. "Intento filmar cada película como si fuera mi primera película, como si tuviera que probar a todo el mundo que estoy vivo y en activo", ha explicado.

Rodar cada filme "es un estado de urgencia", porque eso permite encajar la emoción del principal personaje. Y buscar el ritmo, la velocidad adecuada de cada personaje, ha asegurado el realizador francés. "Tienes que ser apasionado, pensar cómo mover la cámara", plantear todo como si fuera la primera vez, agrega Tavernier, sin parar de mover las manos, de hacer gestos o de tocarse el pelo.

Vehemente y apasionado, su forma de trabajar pasa por estar siempre con la cámara "en el estado exacto del personaje. No estar por delante de él, no ser más inteligente ni tener más conocimientos que él". "Si ellos (los personajes) no entienden, la cámara no debe entender. Eso te fuerza a tomar decisiones de dirección, lo que es muy excitante pero también muy difícil". Es la forma, ha explicado, de poder transmitir al espectador el descubrimiento, la sorpresa por la historia que se cuenta.

Turismo en la historia

Y eso es lo que ha intentado aplicar en la película que ha presentado a competición en el Festival de Cannes, La princesse de Montpensier. Así, ha explicado que cuando va a rodar un filme, especialmente si es histórico, intenta olvidar todo lo que sabe y no utilizar los conocimientos que tiene de algunos hechos por lo leído en libros.

Además, ha agregado, "hay que rodar un filme histórico sin dar la impresión de que estás haciendo turismo dentro de ese periodo, Muy a menudo siento eso en las películas de época. La gente encuadra mesas, pinturas...." para mostrar detalles del momento histórico. Pero eso es justo lo que no hay que hacer, ha indicado el cineasta, que ha señalado como adecuados ejemplos de buenas recreaciones en filmes como La Marsellaise (1938), de Jean Renoir, o algunas películas italianas de autores como Roberto Rossellini o La reina Margot (1994), de su compatriota Patrice Chéreau.

Filmes históricos, un género que gusta especialmente a Tavernier, con ejemplos como La fille de d'Artagnan (1994), pues considera que cuando miras a la historia "encuentras cosas que iluminan también el presente y te hacen entender". "Es como lo que estamos viviendo ahora con los bancos, comparado con lo del 29, es fascinante", ha declarado Tavernier, que también ha aludido a algunos gobiernos actuales que son como los que había antes de la primera Guerra Mundial. "Gente irresponsable, ignorante y arrogante".