Avalancha de gaditanos afectados por la crisis de Viajes Marsans

«Esto es una estafa, un robo», clamaba ayer indignada Mamen de la Puente, una de las madres del colegio Rebaño de María de Cádiz que, hartas de que las mareen, se concentraron ante las puertas de la agencia Crisol (filial de la empresa Viajes Marsans) para pedir explicaciones. El próximo 28 de mayo medio centenar de padres del centro tenían previsto hacer un viaje con sus niños pequeños -de entre tres y 12 años- a un hotel de Benalmádena (Málaga), por el que habían pagado 5.480 euros para reservarlas 50 habitaciones. Sin embargo, el viaje se ha esfumado y el dinero..., parece que también. Hace una semana un trabajador de la agencia -un tal Guillermo- les comunicó que el viaje seguía adelante. El viernes, en cambio, el mismo Guillermo les anunciaba en un SMS que la reserva se cancelaba y les sería devuelto el dinero. Pero ayer, Guillermo ya no trabajaba en la agencia y en Marsans nadie garantizaba que la cantidad entregada les fuera a ser devuelta a corto plazo. «Señora, esté usted segura de que nadie pagará la reserva del hotel», contestó a Mamen una joven trabajadora.

Casos similares se multiplican en la provincia como las cabezas de una hidra y las asociaciones de consumidores no dan abasto, recibiendo cientos de consultas de clientes de Marsans impotentes y confusos. Facua habla de un centenar de llamadas en las últimas tres semanas y UCE, de otras 200 en pocos días.

«Ahora mismo no sabemos si vamos a poder hacer el crucero y muchos hemos pedidos hasta préstamos personales para poder pagar», lamentaba ayer Remedios López, otra afectadas de un grupo de 33 personas de San Fernando que contrataron con la empresa de Díaz Ferrán un crucero por el Adriático y pagaron 30.000 euros por adelantado. El 19 de julio sale el barco y hasta el día 2 les respetan la reserva, pero Pullmantur -responsable del crucero- les ha confirmado que Marsans no ha pagado un solo euro. «Me han dicho que el responsable es Gerardo Díaz Ferrán, y estoy dispuesta a llevarlo a los tribunales», advertía Poly Carlos, otra de las madres del colegio Rebaño de María que, como primera medida, han presentado una hoja de reclamaciones. En todo caso, las comisarías de Policía de la Bahía ya han recibido decenas de denuncias de clientes que piden justicia. Sin embargo, «será difícil probar que se trata de una estafa y no una simple quiebra», reconoce una policía, que recomienda reclamar por la vía administrativa.

Por ese camino, hasta ahora, «sólo se han tramitado seis reclamaciones», explicaba ayer David Sigfredo, portavoz de Facua, que augura una avalancha de denuncias en las próximas semanas, cuando se cumplan los diez días concedidos a la empresa para contestar a los clientes. Si bien la agencia estaba atendiendo las primeras reclamaciones, «ya ni siquiera contesta», aclara Sigfredo.