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Los jiennenses presumen de vender las mejores patatas. :: L. R.
FERIA DE EL PUERTO

Patateros de Jaén

La clase nómada que se gana la vida de feria en feria invierte grandes sumas sin la seguridad de recuperar el dinero y hacer negocio 'Patatas Sonia' paga 1.500 euros por cinco días en el Real

L. R.
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El aceite ya está a punto. Las blancas patatas mondadas esperan a que Manuel Vizcaíno gire la manivela para dividirse en finas rodajas que caen con un chisporroteo levantando una leve humareda y un delicioso olor. Son las 'Patatas Fritas Sonia'. «Las mejores de toda la Feria». Manuel y su esposa, Ana Rosa Mateos, son de Torre del Campo (Jaén) y pertenecen a esa especie nómada que se gana la vida mientras los demás se entregan a la fiesta y el jolgorio. La inversión está hecha y la suerte, echada. De las ventas dependerá que su estancia en El Puerto haya merecido la pena.

«La cosa está un poco más floja y nosotros seguimos pagando lo mismo más el IPC. El Ayuntamiento no cede en los precios». Nada menos que 1.400 euros les cuesta montar su puesto de patatas fritas y golosinas. «Nos dedicamos a esto porque no tenemos otra cosa y hay que pagar las deudas».

Una vida sobre ruedas

«Es duro, son muchas horas. Apuramos la venta hasta tarde... las seis de la mañana. Después dormimos unas horas en la caravana y a primera hora del día ya estamos en marcha otra vez». Y así una feria, y otra y otra... «Hemos estado en la de Jerez. Y después de esta iremos a una que montan en Cádiz y luego para Puerto Real».

Manuel heredó el negocio de sus padres. «Ahora ellos cuidan a nuestra hija, que va al colegio». Una pequeña cola espera su turno mientras Ana Rosa llena bolsas de plástico con las crujientes patatas aún calientes. Además de los 1.400 euros que les da derecho a montar su puesto durante los cinco días que dura la Feria, también tienen que pagar por el aparcamiento de su caravana. «Son 65 euros más y 45 por tener coche toda la semana. Esto antes no era así, no había que pagar. Pero han puesto a una persona a cobrarnos y no lo entendemos». Afortunadamente la jornada augura buenas ventas. La cola aumenta y una nueva tanda de patatas sale del aceite. El tubérculo por excelencia sigue quitando el hambre.